Política

Las mujeres y la 4T

  • Columna de Frank Lozano
  • Las mujeres y la 4T
  • Frank Lozano

Para Amelia

Andrés Manuel López Obrador se echó en contra a la mitad del país tras una semana fatal. En retrospectiva, dio a entender que era más importante hablar de la “rifa no rifa del avión no avión”, que de feminicidios; luego dijo que los feminicidios eran inventos y exageraciones de los medios, luego vino el decálogo, una joya del absurdo; después dijo que las marchas eran para golpearlo y finalmente, que la derecha, esa entidad sin rostro, estaba detrás de las marchas.

En las mañaneras, nunca hubo una mujer concreta, libre y dolida; nunca hubo la memoria por el asesinato, maltrato, abuso sexual, inequidad laboral, de alguien concreto. Para el presidente, las mujeres en este país no tienen pensamiento propio, no tienen capacidad para organizarse, no tienen un dolor genuino y sobre todo, un sentido de urgencia de salir a quemarlo todo, no. Ellas son manipuladas por la derecha ¿qué es la derecha, que tanto poder le atribuye el presidente? ¿Será real o una vez más, Amlo prefiere que se hable en abstracto de una ideología política, que de la muerte de Ingrid, de Fátima y de las que faltan? Eso, además, es una falta de respeto, su desdén define su baja estatura política y su nula estatura moral.

El presidente que, teniendo mayoría en ambas cámaras, no ha puesto el tema del aborto, de la eutanasia, de la legalización de las drogas y otros, como parte de su agenda “izquierdista”, tiene, en cambio, la gracias de tildar de grupos conservadores a las mujeres.

En México, las mujeres sufren las consecuencias del “otrodatismo” como política de estado. No importa cuál sea el número de incidentes, para el habitante de palacio, que desprecia las cifras duras, se tratará de una conspiración de los conservadores o una exageración de los medios.

Los datos revelan otras cosas. Cada cuatro minutos ocurre una violación sexual en el país. Las mujeres de entre 15 y 45 años tienen más probabilidad de morir asesinadas que de cáncer. 40 por ciento de la población femenina ha sufrido alguna clase de a abuso y el 38 por ciento de mujeres no denuncian estos delitos.

Amlo quiere procesar el problema de la violencia contra la mujer como si realmente fuera una campaña de desprestigio proveniente de lo que llama, oposición moralmente derrotada. En esa obstinación está cometiendo el mayor error político y de comunicación de su mandato. Que alguien le diga que no es buena idea pelearse con la mitad del país, una mitad que además está justamente enojada, una mitad dispuesta a salir a la calle y pelear. Que sus porristas y propagandistas cesen el ataque a las marchas, que se pongan a pensar en respuestas.

Las mujeres se convirtieron en el grupo opositor mejor organizado que hay en el país. Nadie puede descalificar su agenda y reclamo; en su lucha, no hay margen para tener otros datos. Cada estadística es un peso insoportable.

De la espinosa relación entre el presidente y las mujeres, parece emerger una consigna implacable:  ser mujer y simpatizar por la 4T es una contradicción biológica.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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