El lema que usará el presidente de la República para rendir su tercer informe de gobierno es, “hechos, no palabras”. Más allá de ser un lugar común, el eslogan parece ser una oscura ironía.
Si algo le sobra a este gobierno son las palabas. Cada mañana, López Obrador escupe cientos de palabras. Sus palabras se vuelven insultos, pretextos u otros datos. Sus palabras sirven para dividir y polarizar. Sus palabras acusan y azuzan. Sus palabras nunca están respaldadas, precisamente, en hechos, ni tampoco en evidencias.
Lo que veremos el próximo miércoles será una repetición de la letanía trimestral. Otra versión alargada de la mañanera y esto, porque los hechos que hay, no favorecen el discurso presidencial.
En México, los hechos indican que el país no se ha pacificado. Los más de 90 mil homicidios, las más de 60 masacres, el aumento en feminicidios, la toma de territorios de parte del crimen organizado, el asesinato de periodistas y activistas indican que “los abrazos, no balazos”, fracasaron.
Los hechos indican que durante la pandemia la pobreza se incrementó. Hay 10 millones de nuevos pobres que el régimen no puede ocultar, a pesar de que no los quiera ver. Los hechos indican que la promesa de crecer a un 6 por ciento anual, no se cumplirá. Desde el año 2019 la economía comenzó a caer y la pandemia de COVID solo fue la puntilla.
Los hechos indican que estamos muy lejos de tener un sistema de salud como el de Dinamarca o Canadá, como prometió el presidente. Con la creación del INSABI, 16 millones de mexicanos se quedaron sin acceso a la salud. Y desde hace más de mil días, miles de niños y enfermos con cáncer sufren de escasez de tratamientos y medicinas.
Los hechos indican que los precios de las gasolinas, la energía eléctrica y el gas están en máximos históricos, cuando la promesa presidencial fue que bajarían. López presume que México ha gestionado muy bien la pandemia; sin embargo, han fallecido más de 500 mil personas por el COVID, no se ha cumplido el plan de vacunación que se publicó en el mes de enero. En diversos estudios internacionales, el país ocupa las últimas posiciones en el manejo de pandemia.
Los hechos indican que, a mitad de la gestión de López, el país se ha endeudado más que durante todo el gobierno de Peña Nieto. Durante este año, la deuda de Pemex también se duplicará y las fallas en el mantenimiento tienen a la paraestatal en un retroceso en la producción. Dos bocas, ya presenta un sobrecosto brutal y toda la política energética ha sido un desastre. La promesa de rescatar a Pemex, regresa a su solitario lugar en alguna neurona de AMLO.
Los hechos indican que la impunidad no termina. Trátese de violadores que son postulados a cargos públicos en Morena, o de familiares del presidente expuestos en actos de corrupción o negocios para demostrarlo.
A las palabras de López Obrador se las ha llevado el viento. Los hechos, que sí los hay, no son para presumir. La mañanera del miércoles, no habrá sorpresas, solo palabras.
Frank Lozano