Sociedad

Pasó la Navidad… ¿una más?

  • Siete puntos
  • Pasó la Navidad… ¿una más?
  • Francisco Gómez

1.Sísifo, inmortalizado más por el filósofo francés Albert Camus que por la misma mitología griega, de donde se origina, fue condenado por los dioses a empujar durante toda la eternidad una piedra gigante montaña arriba para que, cuando llegara al pico más alto, ella volviese a caer rodando hasta la base del monte. Ahí debía recogerla y empujarla otra vez hasta la cumbre… y así indefinidamente.

2. Esta sensación de iniciar algo que nunca vamos a terminar nos puede asaltar, en especial, durante estos días tan proclives a imaginar lo mejor para nosotros, nuestros seres queridos, y nuestro país. Y es que, a fuerza de desear paz y prosperidad, tranquilidad y salud, amor y fraternidad, vemos que pasan los años y, sin ser pesimistas, pareciera que nuestros deseos siguen sin cumplirse.

3. La repetición, entonces, no ayuda a renovar la ilusión. Y la Navidad que acabamos de celebrar corre este riesgo. Cada año el mismo ritual, la agenda reiterada, el protocolo que no cambia. Si acaso, y gracias a la creatividad que busca diferenciar el festejo de los demás en el año, se introduce un juego novedoso, una dinámica desconocida. Los entretenedores de fiestas hacen del 25 de diciembre su agosto.

4. ¿Qué hacer para que la Noche Buena celebrada el pasado miércoles por la noche no sea una festividad más? ¿Cómo lograr no parecernos a Sísifo, que cargamos desde diciembre pasado nuestra piedra llena de angustias y tristezas, pero también de esperanzas e ilusiones, que la subimos por la pendiente de la vida para, una vez llegados a la cima, arrojarla y deshacernos de ella, pero que se nos resbala…

5. … y volvemos a donde empezamos, para cargarla y empujarla de nuevo? La clave, como se ha dicho de manera reiterada, es no hacer lo mismo, pues obtendremos iguales resultados. ¿Cómo vivimos, entonces, la pasada Navidad? Ojalá y hayamos introducido algún elemento diferenciador de fiestas anteriores, y no me refiero a un juego nuevo o a una dinámica participativa.

6. Ojalá, entonces, hayamos propiciado un momento de reflexión, de calma y tranquilidad, para darle al festejo una perspectiva diferente. Una celebración fastuosa, excesiva, ruidosa, aturdidora, se alejará de lo celebrado. Ojalá y la pasada Noche Buena nos haya servido para recibir y acoger, promover y buscar, transformar. De lo contrario, habrá sido otra más de las muchas Navidades que hemos ya vivido.

7. Cierre ciclónico. Cambiar el mundo, la Iglesia, la historia, fue el llamado del Papa Francisco en la misa de gallo celebrada en el Vaticano, el pasado martes por la noche. Nos recordó que Dios se entregó a nosotros sin poner como condición que fuéramos buenos. Muestra de amor incondicional. Ése que tanto nos falta. Ojalá lo hayamos experimentado. Es el mejor regalo que podemos recibir.

papacomeister@gmail.com

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.