Cultura

Los cuadernos de Leonardo Da Vinci: Consejos sabios

  • 30-30
  • Los cuadernos de Leonardo Da Vinci: Consejos sabios
  • Fernando Fabio Sánchez

Concluyo el mes con una quinta entrega de los cuadernos de Leonardo Da Vinci. En esta ocasión, se trata de un conocimiento práctico con retoques filosóficos.

Esta sección de “Consejos sabios” es tan rica y variada en temas y géneros, que suscita una futura serie, para conocer más sobre este hombre solitario, estoico e increíblemente talentoso:

Un pintor debe tener curiosidad de oír cualquier opinión de su trabajo, en especial cuando está realizando una pintura. 

Cualquier persona es capaz de reconocer la forma de otros seres humanos y puede juzgar si el cuerpo tiene una joroba o un hombro en una posición más alta, o la boca o la nariz están muy grandes, u otro tipo de defectos.

Y ya que las personas son muy competentes para juzgar las obras de la naturaleza, serán capaces de identificar nuestros errores. 

Ya sabemos cuánto puede engañarse uno mismo al juzgar su propio trabajo.

Sé curioso y paciente, y enmienda si hay base. 

Pero si no la hay, ignora. Aunque si la opinión viene de una persona estimada, muéstrale con argumentos la causa de su error.

De la misma manera que comer lo que no se debe perjudica la salud, estudiar sin deseo perjudica la memoria y nada se retiene de aquello que se ha puesto en ella.

El aprendizaje de cualquier tipo de conocimiento siempre es útil para el intelecto, pues relegará lo que es inútil y arraigará lo que es bueno. Nada puede ser amado u odiado, a menos que se le conozca primero.

Aquel que ofende a los demás, no se protege a sí mismo.

La desgracia más dolorosa ocurre cuando tu punto de vista adelanta tu trabajo.

Obstáculo, no puedes derrotarme. 

Cada obstáculo cede a una resolución implacable. Aquel que se ata al destino de una estrella, jamás cambia su camino.

La necesidad es la amante y guía de la naturaleza. Es la intención y la inventora, el freno eterno y las leyes de la naturaleza.

Para mantener la salud, la siguiente regla es sabia: solo come cuando quieras y saborea la comida. 

Mastica minuciosamente. Cocina bien los alimentos y no uses especias ni otros ingredientes. Aquel que toma medicina posee una defensa contra la enfermedad.

Ningún consejo es más confiable que aquel que surge en una embarcación en peligro.

Es tan perjudicial hablar bien de un hombre sin valor, como hablar mal de un hombre que es bueno.

La paciencia protege de la misma manera que las ropas alivian el frío. 

Así como multiplicas la ropa para protegerte del frío, cultiva la paciencia ante grandes ofensas, y no podrán dañar tus sentimientos.

*Traducción y selección personal de “Leonardo’s Notebooks” (Leventhal; Ed. H. Anna Suh).


fernandofsanchez@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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