Cultura

Libros que cumplieron 150 años

Demonios forma parte de la tetralogía cumbre del gigante escritor ruso Fiódor Dostoyevsky, escrita después de su regreso del exilio siberiano y su enfoque es eminentemente político y moral, desarrollado a partir de personajes representativos entre conspiradores, idealistas, revolucionarios, intelectuales y nihilistas, entrelazados por una narración en primera persona y desarrollados en un conflicto de muy amplios alcances. En esta vertiente de miradas puestas en los entramados sociales y sus contradicciones, Samuel Butler entregó, primero de manera anónima, Erewhon, una crítica satírica a la sociedad victoriana y sus costumbres. Wilkie Collins, por su parte, propuso La pobre señorita Finch, obra que se desarrolla a partir de una narradora rebelde ahora maestra de piano, que nos cuenta acerca de la joven ciega del título y su relación con unos gemelos enamorados de ella, entre rivalidades, engaños, culpas e intrigas que van modificando las percepciones de la protagonista incluso ante su propia probable cura para recuperar la vista.

Un perro de Flandes de Marie Louise de la Ramée, quien lo publicó bajo el seudónimo de Ouida, tuvo un inesperado éxito al grado de servir como base para películas y animes: un huérfano que se va a vivir con su abuelo y ambos encuentran un perro maltratado al que adoptan para volverse inseparables. El drama de la pobreza y el permea el relato, así como la amistad, la pérdida y la búsqueda de alternativas frente a un destino oscuro. En Bajo la verde fronda, publicada originalmente en dos volúmenes, Thomas Hardy se introduce en una comunidad de Essex para contarnos las historias particulares y sus entresijos que se van desarrollando, a través de un narrador que forma parte del tejido: el párroco y el grupo musical del templo, la organista y sus pretendientes, incluyendo a un hacendado y el hijo de un vendedor ambulante.

La jauría de Émile Zolá es la segunda novela de su serie sobre los Rougon-Macquart, en donde disecciona el mundo parisino del dinero y quienes se entregan a él como propósito central, como un agente inmobiliario que empieza a amasar cierta fortuna y cuyo hijo se vuelve un junior: mirada ácida del mundo de los nuevos ricos con sugestivos vínculos edípicos incluidos. Sheridan Le Fanu publicó Carmilla, de los primeros relatos de horror gótico que incorporó a la figura vampírica, encarnada por la joven del título, quien establece una relación con Laura, incluso sugiriendo elementos lésbicos en su vínculo; el cineasta Carl Theodore Dreyer la usó como base para su película Vampyr (1934) y de ahí se retomó en múltiples filmes, incluyendo la cinta mexicana Alucarda, la hija de las tinieblas (Moctezuma, 1978) y hasta en cómics y videojuegos.

Julio Verne concluyó Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África austral, en la que unos expedicionarios de estos dos países tienen la misión de medir el arco meridiano del desierto de Kalahari, mientras van surgiendo fuertes tensiones entre ambos grupos. En tanto, Mark Twain publicó en tono autobiográfico Pasando fatigas: un hilarante viaje por la fiebre del oro, retomando el viaje que realizó desde San Luis a Carson City, invitado por su hermano. Un relato que nos introduce en las vicisitudes de los trayectos de aquella época y que nos invita a viajar con el autor desde su perspectiva personal, tan de moda hoy en día entre escritores y cineastas. Y hablando del metal precioso, se publicó El hombre de oro, novela del autor húngaro Mór Jókai, en la que un hombre que salva a un turco y a su hija, recibe el don de que todo negocio que emprende resulta próspero y si bien se casa con la joven, no es feliz dado que ella ama a otro. Pero claro, la vida da segundas oportunidades como en el momento en el que por equivocación se anuncia su muerte.

El brasileño Machado de Assis, apto para moverse de género en género literario sin despeinarse, publicó Resurrección, su primera novela en la que un médico que cambia de pareja continuamente, por fin se encuentra a una mujer de la cual se enamora pero cuya relación no será fácil, al tiempo que se describen, con detalle de rasgos, a diversos personajes que pululan alrededor de la trama central. Antes de ser galardonado con el premio Nobel, el escritor noruego Bjørnstjerne Bjørnson entregó La marcha nupcial, en la que un músico compuso una pieza para la boda de su hija con ciertos elementos mágicos, después empleada con su nieta, hasta que deja de sonar ante enlaces matrimoniales que no responden a un amor verdadero, sino a otras razones. Friedrich Nietzche entregó El nacimiento de la tragedia para reflexionar sobre la representación, el simbolismo y el mito vistos desde el arte en general y la música en particular, desde las posturas apolínea y dionisiaca, entre la estabilidad y la fluidez, la permanencia de la forma y el movimiento.

Fernando Cuevas

cinematices.wordpress.com

 @cuevasdelagarza

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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