Que en las últimas horas el PAN está comprometiendo la alianza PRI-PAN-PRD-NA por unos cuantos millones de pesos y por pactos de impunidad en el Estado de México... ¿Será cierto?
Desde hace semanas el PRD decidió, a través de su consejo, que irían solos en esta elección del 2024 en razón de los resultados obtenidos el año pasado. La convocatoria para registrar a los precandidatos está abierta y se han sumado varias fuerzas, incluso de la sociedad civil, con un partido que parecía irse en picada pero que en solitario podría dar la sorpresa.
Días después, voces dentro y fuera del Sol Azteca motivaron al presidente Agustín Barrera a sentarse con la recién nombrada Ana Lilia Herrera y Anuar Azar, presidentes del PRI y PAN, respectivamente, para concretar una posible alianza “renovada” y con mejores condiciones para las militancias de las tres fuerzas.
Cabe recordar que el priismo está fragmentado desde la salida de Eruviel y otras fuerzas, por lo que la negociación pareciera más pareja para los tres partidos, pero los panistas se han mostrado reacios, constantemente inconformes y cerrados al diálogo... como si tuvieran un Plan B listo.
En política no hay casualidades
La pregunta que todos se hacen es... ¿el PAN está trabajando de forma autónoma en el Estado de México en una alianza en lo oscurito o es una instrucción de MUY arriba? ¿Xóchitl y Enrique Vargas estarán enterados de las decisiones de Anuar y Marko?
No es la primera vez que el PAN hace algo “sin querer” para desprestigiar y romper la alianza de oposición frente a la maquinaria gubernamental. La lista filtrada de Marko Cortés de hace unos días, a los únicos que benefició fue a Morena y sus aliados. ¿Están haciendo algo similar acá?
En las próximas horas podremos ver qué sucederá, si el PAN retoma el diálogo o si de verdad planea entregar el Estado de México por completo este 2024 a cambio de una parte de su famoso “Corredor Azul”.
El sábado es el último día para registrar una posible coalición o candidatura común. Estaremos todos atentos a lo que podría ser un punto de quiebre final para la consolidación de Morena por muchos años en el poder, o el inicio de una remontada que pinta heroica para los partidos de oposición.