Parece que algunos de nuestros amables lectores se quedaron picados por la curiosidad para ver si es verdad que en la Casa de la Independencia de Tlaquepaque, esquina con Contreras Medellín, a tres cuadras de Palacio Municipal, está la mencionada doble placa donde se ensalza la figura de Pedro Celestino Negrete como el gran independizador de Jalisco.
Nada menos que el gachupín sanguinario, asesino de los indios heroicos insurgentes de la Isla de Mezcala, y de los mulatos de la Ribera de Chapala, compadre y cómplice de Agustín de Iturbide: el hombre elegido por los jerarcas y terratenientes del compló del templo de la Profesa, que llevaron a cabo la Independencia de las Tres Garantías para que todo quedará igual, casi feudal por 100 años más con el disfraz de república sin ciudadanos.
Es como si hoy se juntaran en casa de José Córdova Montoya los oligarcas de Jalisco con las figuras políticas más prominentes del estado en un compló para formar el Gran Frente Opositor de Salvación Nacional contra el PRI; y juntaran también a los jóvenes más promisorios de la nueva generación de empresarios exportadores de frutillas como arándanos y frambuesas. Porque ya el PRI hiede y se requiere renovación, sin perder el poder del cabús global.
No estamos aquí pretendiendo insinuar siquiera que la casa del doctor Córdova Montoya sea el nuevo templo de la Profesa, donde se tramó en 1820 la Independencia de las Tres Garantías para que no se aplicara en la Nueva España la Constitución de Cádiz de 1812. De ninguna manera.
Era simplemente un recurso literario para no llamar crudamente gatopardismo a todas esas maniobras recientes de los grupos disímbolos del viejo régimen instalado hace 35 años y contra el que no han podido tres fuertes intentos ciudadanos: 1988, 2006, 2012.
Grupos disímbolos, pero con una gran coincidencia, que les permitió establecer el glorioso Pacto por México, que logró finalmente causar daños estructurales, sí, al “tenamaxtle” de 1917: los tres grandes avances de la nación mexicana alzada para desmantelar el viejo orden agrario cuasifeudal del Virreinato, imponer la escolaridad universal como el gran mecanismo de inclusión social, establecer la rectoría del Estado sobre la economía de mercado y tutelar los derechos de la parte débil de la relación laboral: 3ro, 27, 123 (además de la ciudadanía universal a los peones analfabetos).
Precisamente las tres grandes reformas (deformas) estructurales, aprobadas en estos 5 años por la gran “concertación nacional” de quienes detentan el poder republicano: educativa, energética, laboral.
Esas voces, aparentemente dispersas, traen todas el mismo libreto bien aprendido: mesianismo, autoritario, como Venezuela, populismo. Así les ha enseñado Antonio Solá el catalán.
No les salen las cuentas para que el Estado mexicano cumpla con todas sus obligaciones para que los mexicanos vean respetados todos, todos sus derechos escritos en el Pacto Nacional.
No les salen las cuentas (ni a ellos ni a sus asesores de la Calle del Muro) porque no quieren entender que un equilibrio contable se logra: 0 recortando egresos (como Aurelio Nuño cerrando escuelas); o aumentando ingresos, en cantidad y estructura progresiva, como lo hacen los países civilizados del mundo y aumentando la recaudación, sin subir impuestos, simplemente eliminando privilegios.
En 1988, cuando la ira popular iba cristalizando en esperanza frente al incipiente, pero arrogante, neoliberalismo de la avalancha global, el gran ingeniero, y gran patriota, Heberto Castillo, dirigente del Partido Mexicano de los Trabajadores, decidió ponerse al frente de quienes coincidían con el proyecto de su Partido.
Cuando se percató de que el mal humor social se inclinaba mayoritariamente por la candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas y heredero político de sus postulados, Heberto Castillo declinó a su favor, para sumarse a la gran corriente.
Hizo suyo el postulado de otro gran patriota: Arnoldo Martínez Verdugo, quien sentenció “quienes tenemos coincidencias debemos de caminar juntos”. Los conspiradores de la nueva Profesa intentarán a cualquier precio que eso no ocurra.
P.D. En Noruega, país petrolero como México, anuncian oficialmente que el Fondo Soberano de la renta petrolera ha rebasado un billón de dólares (cada noruego tiene en esa reserva 189 mil dólares). En México los gobiernos federales, con la complicidad del Poder Legislativo bipartidista han despilfarrado en gasto corriente por 35 años el crudo exportado. El gobierno no sabe recaudar; la deuda pública asciende a 9.2 billones de pesos (cada mexicano debe 73 mil 600 pesos). El paquete de José Antonio Meade para 2018 sigue con más de lo mismo. Presupuesto famélico que no puede cumplir su obligación.
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