Circuló en redes el video de la matanza. Se llevaba a cabo un velorio. Colocaron a un grupo frente a una barda. Los sicarios dispararon. Sin piedad. Sin que ninguna autoridad interviniera (por lo menos, para bien). Sin que los cacareados operativos federales dieran resultado. Llegaron, según el alcalde, tres horas después.
Una vez más, Michoacán. La tierra de Calderón, la zona del comisionado peñista, el lugar del nuevo despliegue de la Guardia amloísta.
Fue en San José de Gracia donde acribillaron a estas personas. Se llevaron los cuerpos. Dejaron casquillos, sangre, restos de masa encefálica y productos con los que intentaron limpiar el horror.
La respuesta del Presidente fue al día siguiente al estilo mañanero. Criticó a sus opositores y señaló a los medios. Se centró, no en la masacre, sino en el número de posibles ejecutados y en las reacciones.
“Deseo con toda mi alma que no sea como ellos lo están dando a conocer”, indicó el hombre más poderoso y el encargado de la seguridad del país.
Como en las administraciones del PRIAN, en la denominada 4T se perfiló la respuesta gubernamental a través de plumas oficialistas. La Jornada, en su sección “Rayuela”, cuestionó: ¿Montaje? ¿Provocación? ¿O de qué se tratan esos videos difundidos ayer en Michoacán?
No cambian.
López Obrador indicó que, de acuerdo al reporte de la fiscalía del estado, no han encontraron cuerpos, aunque hay evidencia de un enfrentamiento. Así las cosas hasta el momento en el que concluyo estas líneas.
Aunque lo aterrador son los hechos y no la difusión de los mismos, Andrés Manuel volvió a referirse a los tuits de quienes no simpatizan con él. Se burló. Habló de Chumel. Y, como es costumbre, el debate lo colocó en el lugar que le gusta.
Por supuesto, podemos discutir la forma, ser cautelosos con los datos en curso, actualizarlos, proteger la identidad de víctimas, etcétera. Pero no debemos ocultar la criminal realidad. Esa que rebasa los discursos. Esa que devela la pesadilla sin fin y la incapacidad de los mandatarios pasados y presentes.
Sexenios van, sexenios vienen y la delincuencia opera impune y deja a su paso muerte, dolor y desesperanza. Y sin cuerpos, ¿tampoco habrá delitos?
Aquí entre nos
Mientras tanto, en las avenidas cuelgan espectaculares donde se ve la imagen del titular del Ejecutivo federal acompañada de la frase: “Vamos a votar #QueSiga AMLO”. Las trampas también son las mismas de siempre.
Elisa Alanís
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