El presidente López Obrador tardó en hablar acerca de las residencias millonarias en Houston, EU, donde han vivido su hijo José Ramón y su nuera Carolyn Adams.
No comentó hasta días después porque, entre otras cosas, no lo cuestionaron en la conferencia mañanera. A pesar de que se volvió un escándalo, se guardó silencio hasta pasado el fin de semana.
La explicación llegó tarde y mal. “Ellos se casaron y, al parecer, la señora tiene dinero”, indicó. Después vino la tradicional descalificación a periodistas que difundieron el trabajo de los reporteros que hicieron la investigación. Incluso recuperó la frase: “muerden la mano del que les quitó el bozal”.
Como si AMLO hubiera abierto brecha en los portales que han develado las transas de ayer y hoy: Animal Político, Aristegui Noticias, Emeequis, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Quinto Elemento, Sinembargo, entre otros.
Como si él hubiera construido el sitio de Carmen cuando MVS la sacó del aire por la pregunta que hizo sobre Felipe Calderón y luego, de manera definitiva, por la casa blanca de Peña Nieto.
Como si México no fuera uno de los países más peligrosos para la prensa. Como si no hubieran asesinado a periodistas en el mes que acaba de concluir. Como si compañeros no perseveraran en su labor, a pesar de las amenazas.
Para colmo, como si en su gobierno no hubiera presiones contra periodistas.
En fin, esa fue una de tantas frases preocupantes y engañosas. Pero el meollo del asunto es otro.
Además del golpe a la pretendida superioridad moral, que tarde o temprano se tropieza con la realidad, el mandatario no respondió sobre el posible conflicto de interés: de acuerdo con los datos y los documentos presentados por Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez, en agosto de 2019 Pemex firmó un contrato por 85 millones de dólares con la petrolera Baker Hughes. En septiembre de ese mismo año, un mes después, Carolyn y su esposo José Ramón López Beltrán se mudaron a la mansión de un alto ejecutivo, precisamente de esa petrolera. Esperemos que se aclare.
Aquí entre nos
Departamentos y hectáreas de terreno: la señora Beltrán tenía dinero.
Casas en Houston: la señora Adams tiene dinero.
Retiro en rancho: la señora Gutiérrez, ¿tendrá dinero?
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