El martes 7 de octubre la Ibero Torreón, Metrópoli Laguna nos convocó a dialogar sobre nuestra identidad lagunera.
Se trata de un ejercicio muy interesante en el que se pone sobre la mesa todo aquello que nos construye como región, desde la historia, las expresiones de la identidad en lo cotidiano y en lo no cotidiano, con el fin de mirar hacia adelante.
Y sobre ello les comparto aquí algunas ideas… La Laguna no es solamente un lugar en el mapa de dos estados de la República Mexicana, sino más allá, es una comunidad que comparte memoria, símbolos y proyectos.
La teoría de Gilberto Giménez explica que una región sociocultural nace de una historia vivida en común sobre un territorio y se expresa en un “estilo de vida” con símbolos compartidos —hablas, fiestas, hábitos— aun cuando existan diferencias internas y conflictos (que también son necesarios porque la dinamizan).
Esta serie de expresiones no son estáticas, porque las regiones se van construyendo socialmente.
También las identidades se reconfiguran socialmente, y algo curioso es que las migraciones nos muestran que el sentido de pertenencia puede extenderse más allá de las fronteras y los límites, sin perder arraigo a este territorio de origen.
El arraigo también se extiende y se ejemplifica cuando los laguneros en el mundo continuamos reproduciendo nuestras costumbres, consumiendo nuestros platillos, escuchando nuestra música, utilizando nuestras palabras características, etc.
La Comarca Lagunera cumple con los rasgos de una región sociocultural: un territorio con memoria larga, encuentros, coincidencias y hasta diferencias articuladas.
Hoy tenemos frente a nosotras-os nuevos desafíos para poder vincularnos mejor, para proyectarnos más en el entorno nacional...
Y también tenemos esa voluntad de llamarnos laguneros, sin distinguir a qué estado o ciudad nos referimos.
