Quienes ya han sido afectados por las recurrentes contingencias ambientales que los últimos años se generan en Monterrey, a mí hace dos meses me diagnosticaron EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), no podemos, no debemos permitir que los políticos sigan jugando con la salud y la vida de miles de regiomontanos, particularmente la de los más vulnerables, niños y ancianos.
No obstante que la contaminación a todos nos quita calidad de vida y años de vida (y aquí no hay distinción entre pobres y ricos), no pensamos en lo que debe ser pensado para que en Monterrey nos acaricie el aire limpio que acarició las mejillas de sus fundadores hace 428 años.
Para volver a tener un aire limpio en Monterrey es necesario tomar medidas radicales. La principal, que tendría que ser muy bien pensada y ejecutada paulatinamente, es la reconvención industrial, como se hizo en Bilbao, España, iniciada en 1992 y concluida diez años después.
Dos medidas más urgentes son la reforestación (tenemos un déficit de alrededor de un millón de árboles) y hacer lo que se tenga que hacer para que los desarrolladores urbanos no sigan tragándose las áreas verdes de los cerros que rodean a Monterrey.
Si los políticos pensaran en lo que debe ser pensado para salvar la vida de miles de regiomontanos como consecuencia de la contaminación ambiental, la decisión más inteligente que debió haberse tomado desde hace 10 o 20 años es poner un alto al crecimiento urbano de Monterrey.
Lejos de esto, lo que se ha hecho es estimular el crecimiento de la ciudad hacia al poniente, con Tesla. El lugar apropiado para instalar esta fábrica era en alguno de los municipios del norte, o en Linares, no en Santa Catarina. Con esta mala decisión lo que se busca, probablemente, es que Monterrey y Saltillo se conviertan en una misma ciudad.
Estos son los temas que deberían estar en debate en estas elecciones, no el cierre de la refinería de Cadereyta, pensada por los enemigos de Pemex como un medio para ganar votos. No creo que sean tontos para creer que con el cierre se soluciona el problema; pero ellos sí, al creer que nos convencerán con boberías, nos creen unos tontos.