Desde el 2015, los nuevoleoneses han rechazado a los candidatos del PRI y el PAN a la gubernatura. En dicho año dieron el triunfo al independiente Jaime Rodríguez Calderón y fueron derrotados Felipe de Jesús Cantú, del PAN, e Ivonne Álvarez, postulada por el PRI.
Lo mismo aconteció en el 2021, el triunfo fue del emecista Samuel García, actual gobernador, y fueron derrotados Adrián de la Garza, del PRI (hoy aspirante a la alcaldía de Monterrey); Fernando Larrazabal, del PAN, y Clara Luz Flores, de Morena.
Ah, pero como sabios hombres de negocios que son los políticos priistas y panistas, por medio del PRIAN en el Congreso del Estado, sigilosa y calculadoramente han logrado convertir en triunfos sus derrotas en las urnas.
En Nuevo León no hoy, sino desde el anterior sexenio, debido a que el gobernador no cuenta con mayoría en el Congreso y a la falta de capacidad de diálogo de todos los actores políticos, los tres Poderes han actuado en sus respectivas funciones dentro y fuera de la ley, según sea la “necesidad” de los emecistas y prianistas. Y esto genera ingobernabilidad e incertidumbre.
Se llegó al absurdo de nombrar a tres gobernadores sustitutos: el titular de la Secretaría de Gobierno, Javier Navarro, designado por el gobernador; el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), José Arturo Salinas Garza, designado por el Congreso. Y después de que la Corte determinó que éste no podía ser gobernador sustituto, el ex fiscal Enrique Orozco Suárez.
Tal es la situación. Así que si el próximo domingo el voto ciudadano otorga la mayoría absoluta al PRIAN, entonces Samuel García, de acuerdo con la resolución de la Corte del pasado 27 de abril, tendrá que enfrentar un juicio político ante el TSJE, controlado por el PRIAN, por lo que lo más probable es que sería destituido.
Pero si por el contrario, los sufragantes quitaran la mayoría absoluta al PRIAN y Morena y MC lograran una alianza en el Congreso, Samuel no solo evadiría el juicio político sino que, además, contaría con condiciones favorables para concluir su mandato.