Política

La 4T y la flaqueza de la justicia

Lo que razonablemente está en cuestión no es si la ministra Yasmín Esquivel deba o no ser electa por sus pares como presidenta de la SCJN –quien por dignidad debería renunciar al cargo que ostenta–, sino más bien los requisitos que el arcaico modelo constitucional de acceso a la Judicatura pide (Artículo 95) para ser ministro de la SCJN, entre otros:

“Ser ciudadano mexicano por nacimiento, tener cuando menos treinta y cinco años cumplidos el día de la designación”. De estos dos requisitos, el primero depende de la casualidad, ¿pues de qué depende el nacimiento y el lugar donde se nace sino de la casualidad? Y el segundo solo depende del transcurso del tiempo.

Otro requisito, el más difícil de cumplir, es “poseer el día de la designación, con antigüedad mínima de diez años, título profesional de licenciado en derecho, expedido por autoridad o institución legalmente facultada para ello”.

Obsérvese: no se piden conocimientos ni experiencia para el difícil y delicado cargo que se tiene que desempeñar, sino solo poseer un título de licenciado en derecho. O sea, es suficiente con inscribirse en una escuela de derecho de las más de 2 mil 500 que hay en el país, al concluir colgar el título y esperar una oportunidad.

Otro requisito, que ya no cumple la ministra Yasmín Esquivel, es “gozar de buena reputación”, el cual, para que se cumpla, jurídicamente es suficiente con que se manifieste bajo protesta de decir verdad que se es persona honesta.

¡He ahí el más grande de los invisibilizados problemas que tienen hundido a nuestro país! No existe en México una auténtica carrera judicial, lo que existe es un sistema escalafonario al que jurídicamente se le ha asignado el rótulo de carrera judicial.

En México todavía no se hace visible el problema de la selección y formación de jueces y el acceso a la Judicatura, para cuya solución se requiere pensar en la creación de una escuela descentralizada de altos estudios especializada en la formación de jueces, fiscales y abogados del gobierno, a la que solo se podría acceder mediante estrictos criterios de selección.

Pero, ¿por qué no hay preocupación por formar jueces virtuosos dotados de los saberes esenciales e instrumentales que pide la función de juzgar? Porque desde el poder político y los poderes fácticos, no desde este sexenio, sino desde siempre, quieren seguir manteniendo secuestrado al Poder Judicial.

No entiendo cómo se pretende una 4T sin pensar en el problema de la selección y formación de jueces. No es posible ninguna transformación social sin un Poder Judicial autónomo.

Efrén Vázquez Esquivel
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Efrén Vázquez Esquivel
  • Efrén Vázquez Esquivel
  • efren23@hotmail.com
  • El autor es director científico de la Academia Mexicana de Metodología Jurídica y Enseñanza del Derecho, AC.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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