En Pachuca y Mineral de la Reforma, la zona metropolitana que aglutina a poco más de 800 mil personas, la nueva normalidad no empezó ayer.
Más tardaron los negocios y sus empleados en abrir los locales, que la policía en pedir que cerrarán y los inspectores de Reglamentos de Pachuca en acudir a verificar que solo comercios con productos esenciales estén abiertos.
Mediodía anduvo la gente como despavorida en calles de toda la ciudad, unos con medidas de prevención, otros sin cubrebocas como si nada hubiera ocurrido, como si todo el tema de la pandemia fuera un invento que desenmascaró horas antes Anonymus.
Sin embargo hubo mesura en la policía de Pachuca, en los motopatrulleros, en los agentes de la Policía Estatal que apoyaron los filtros de movilidad, y en cuestión de horas se pudo contener un poco a la ciudad que ya se movía como una gran masa de gente.
Tampoco hubo insurrección de comerciantes ni sublevación popular, únicamente personas en las calles, como en cualquier otro momento, época del año o meses atrás, sin la particularidad de que nos encontramos en medio de una emergencia sanitaria.
Anoche se informó que Hidalgo registró 59 casos de covid-19 y 14 decesos más con lo que las cifras se elevaron a mil 769 casos confirmados y 318 defunciones de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal. Esto representa que en realidad sí hay una razón para mantener el semáforo en rojo en la ciudad y en la mayor parte del estado; si bien la etapa más alta de contagios está por finalizar, viene la posible escalada de fallecimientos, de saturación en hospitales, y de crisis en el sistema de atención para personas adultas, enfermos y menores.
Es prudente la petición de seguir en casa una o dos semanas más, por eso se invitó a que sea obligatorio el uso de cubrebocas, por eso se sigue insistiendo en todas y cada una de las medidas.
twitter: @laloflu
