Política

El sexenio de Peña Nieto

Analizar un sexenio siempre trae consigo muchos recuerdos. Unos buenos y otros malos. Sin embargo, los de la actual administración federal distan de ser cosas digeribles pues el momento de 2012 a la fecha transcurrió entre crisis políticas, económicas y sociales.

Enrique Peña Nieto se va en diciembre próximo y deja un país con muchas heridas por sanar, más del lado sentimental y de percepción, que de los resultados que ayer enumeró en el marco del mensaje con motivo de su Sexto Informe de Gobierno.

Encerrado en Palacio Nacional, con invitados especiales de la política, incluidos los del nuevo gobierno y la Legislatura en funciones, Peña destacó los avances que tuvo su administración como la inflación más baja para un sexenio desde hace casi 50 años, finanzas públicas sanas con 78 por ciento más contribuyentes que hace seis años –tema debatible-, así como la mayor inversión extranjera directa de toda la historia.

Sin duda fue un sexenio de retos. Y el principal aún no termina que es dejar las cosas de la manera más decorosa. Por desgracia para el Presidente y la gente que lo acompañó durante la actual administración, el recuerdo popular, no de todos, pero si de una inmensa mayoría en el país, es de que no se alcanzaron las metas propuestas, pero sobre todo que será recordado por casos que, a mi parecer, ni siquiera fueron de su injerencia.

Me refiero a la crisis por Ayotzinapa, a la lucha contra el narcotráfico, a la inseguridad en los pueblos y municipios, a la ingobernabilidad del México bárbaro, a la falta de sensibilidad para no aplicar “el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

En este caso, la población y lo dijo bien la ahora senadora Claudia Ruiz Massieu en el Congreso el sábado pasado, el PRI y el gobierno ya pagaron el costo político.

Sin embargo si es preciso ver las cosas desde el otro punto de vista. Peña, en Los Pinos, no mandó a agredir a los estudiantes de Ayotzinapa, no incendió los pueblos del norte del país, ni provocó a los cárteles de la droga para que la violencia incrementara. Lo que hizo fue delegar todo y dejar que tomaran otros las decisiones y no él, como mandatario de un país.

Quizá por ello las explicaciones dadas a lo largo de la actual administración nunca terminaron de convencer al pueblo que, en efecto, cobró la factura del famoso costo político en las urnas y de fea forma.

Lo que sí provocó el Presidente, ya con cúmulo de situaciones en un contexto abrumador, fue la caída de su partido en las preferencias electorales. La decisión de atrincherarse cuando más fue requerido por las masas tricolores y la designación de candidatos que no favorecieron a sus intenciones, significa el colofón de su administración.

eduardogonzalez.lopez@milenio.com

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Eduardo González
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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