Al cumplirse casi una semana del conflicto que mantiene cerrado el relleno sanitario del Huixmí en Pachuca, sitio de disposición para los residuos sólidos urbanos de la capital y la zona metropolitana –cerca de 400 toneladas al día- el gobierno del estado de Hidalgo intervino para aclarar puntos sobre el tema.
Dimes y diretes y la solicitud del Congreso y Morena para intervenir fueron suficientes para que la Secretaría de Medio Ambiente alzara la mano y diera cuenta de por qué se encuentra la situación empantanada.
Primero, aclarar que la Semarnath –como dicen- no fue la que clausuró o mandó cerrar el tiradero del Huixmí, fueron los propios ejidatarios que controlan los accesos y que son los propietarios del predio y que laboran al interior, quienes piden un aumento en el pago que hace el gobierno municipal.
Por otro lado, la dependencia indicó que paralelo a dicho asunto entre el ejido y la Casa Rule, se debe presentar el proyecto integral para la valorización y aprovechamiento de los residuos sólidos, pues a pesar de que opera y existe una empresa concesionaria que realiza dicho propósito para la generación de energía eléctrica (ésta sí suspendida por la Semarnath), se hizo patente que no hay un control real del tratamiento de los desechos.
Es decir, la basura que no se aprovecha termina sepultada y genera contaminación, así como deterioro en el relleno sanitario por lo que su vida se extingue. Adicional a esto se pide presentar el plan de clausura y saneamiento de las celdas 1, 4 y 5 que han sido indebidamente utilizadas y que han sido sobre explotadas con más carga que pone en riesgo el predio, a trabajadores y provoca un daño ambiental irreversible. El tema de la basura en Pachuca no debe politizarse, se debe ver largo plazo como un beneficio ecológico para las futuras generaciones y para la siguiente administración.
twitter: @laloflu