Con la inminente salida del dirigente de Morena en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, por su ascenso a la coordinación de los programas federales a partir del 1 de diciembre en el estado, los encargados de los destinos del partido de AMLO en el estado han decidido por una designación de unidad.
Sin embargo, hay cabos sueltos que hoy no tienen que ver, milagrosamente, con la irrupción del Grupo Universidad en la vida política de Morena, como ya ocurrió con las candidaturas del pasado proceso electoral.
El caso, me dicen, es que existe la posibilidad de que dos nombres sean llevados ante la dirigente nacional del partido, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, para que se defina quien supla a Mendoza por espacio de un año, en tanto se alista el proceso interno por medio de votación a finales de 2019 y con miras a la elección de ayuntamientos en 2020, a la de diputados locales de 2021 y a la de gobernador en 2022.
Dos de los nombres más cercanos al propio Abraham Mendoza son los de Cirino Paredes, personaje de todas las confianzas del presidente estatal de Morena, pues ambos han estado juntos en política desde hace muchos años, cuando comenzaron en Tula de Allende.
El segundo es Temachtiani Percástegui García, actual secretario de Jóvenes en Morena Hidalgo, quien también se ha ganado la confianza del líder estatal y que puede llegar hasta en fórmula con la propuesta de Cirino Paredes.
El asunto es que todo suena muy bonito, pero hay un tema pendiente con la secretaría general del partido, la actual senadora Angélica García Arrieta, a quien el grupo de Mendoza no reconoce (se puede ver en el directorio de la página oficial del partido en el estado como vacante) y que por medio de la prelación podría asumir la dirigencia del comité estatal, de acuerdo a los propios documentos del partido del Presidente electo, recién actualizados en su última asamblea nacional de hace unos meses.
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