El Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Hidalgo, Ricardo Baptista González, teme que la reforma política y electoral que tiene en la mira Morena para la elección de 2020 en donde se renovarán los 84 municipios tenga que darse mediante el uso de la mayoría legislativa con la que actualmente gozan en la Cámara local.
Y es que actualmente se encuentran simulando un debate entre autoridades y partidos políticos, con la mera presencia de diputados como espectadores, ya que al final muchos saben que los cambios que deseen realizarse se darán por el hecho de plancharlos antes con el grupo parlamentario morenista.
No es un pecado, si me permiten la expresión, mucho menos un delito, pues para ello los facultó el pueblo con su voto en 2018. Si no pudieran darse mayorías significativas en México, no estaría plasmado en la ley y en las votaciones.
Sin embargo en el afán de hacer que todo parezca muy democrático se debe dar voz y participación a los demás partidos, incluidos el PRI y el PAN, a quienes Morena prefiere, como se dice coloquialmente “dar el avión”.
Me refiero a este grupo de Morena en el Congreso local, que no es sino el Grupo Universidad más algunos colados que ahora se hacen llamar morenistas puros.
Baptista pues, con un colmillo largo y retorcido de muchos años en la política, hace un llamado a la paz política y a seguir trabajando en la mesa de la reforma, pues así lo demandan las formas, además de que ya se dio cuenta que todos están enojados por tener que ser oposición.
La reforma política saldrá, con o sin consenso, pero estará lista en las próximas semanas y habrá algunas sorpresas, sobre todo en cuando a la operación de los organismos electorales, atribuciones, y temas como la paridad de género y candidaturas.
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