Aun cuando las manifestaciones de los profesores disidentes no llegaron a ser lo que muchos esperaban al exponer genuinamente su desacuerdo por la mecánica a través de la cual se les habrá de evaluar y con ello el eventual riesgo de perder su categoría frente a grupo, de algo han servido estas expresiones al poner a trabajar tiempo extra a los diputados, muy al margen de sus agendas.
En un plano especulativo, entiendo que no tuvieron más remedio los legisladores que brindar su apoyo, aunque de manera parcial, pues no todos los diputados ni estuvieron ni han estado atentos.
Lo cierto es que muy a pesar de los amagos de sancionar a los inconformes, finalmente su capacidad inteligente -la de los profesores- para movilizarse sin agraviar a sus propios alumnos provocó que al menos fueran escuchados por quienes se volvieron los interlocutores entre la SET y el magisterio, esfuerzo en el que nada ha tenido que ver el SNTE.
En esta incongruencia de volver a evaluar a quienes legalmente ya han sido sometidos a un examen profesional mediante el cual se titularon como cualquier otro profesionista, la realidad es que quienes “trabajaron” en la logística y criterios de análisis de conocimientos incurrieron en determinadas omisiones, que con dolo o no, habrá la necesidad de enmendarlas y ser mas justos.
Entre lo más sobresaliente de esta, digamos adaptación de la reforma educativa para Tamaulipas, y a solicitud expresa de los docentes es que aquellos que en un momento determinado no logren superar satisfactoriamente este análisis, no sean enviados a escuelas ajenas en las que por años han permanecido y por lógica misma tampoco sustraerlos de los municipios donde actualmente trabajan.
De presentarse este escenario, lo que queda en evidencia es que la federación tendrá que dedicar mas recursos económicos para pagos nominales puesto que los que no aprueben deberán mantener sus percepciones, gasto al que se añadirán los sueldos de todos aquellos considerados como reemplazo, lo que no resulta congruente.
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Hasta la próxima..
