Que con todo y Ley Seca por la elección extraordinaria del Poder Judicial, los restauranteros no se quedaron cruzados de brazos. El presidente de la CANIRAC, Juan José Sánchez Martínez, adelantó que aunque esperan una baja de 15% en ventas presenciales, el servicio a domicilio va viento en popa, con un incremento de hasta 30%. Para compensar, habrá platillos sin alcohol, promociones especiales y cortesías para quienes participen en la jornada electoral. Es decir, le entrarán sin copas, pero con creatividad.
Que el gobierno estatal ya tiene todo listo para instalar 230 cámaras de videovigilancia en la autopista México-Puebla, pero sigue esperando el “visto bueno” de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. El despliegue tecnológico está listo para arrancar en cuanto la federación dé luz verde y dicen que con estos ojos electrónicos se busca cerrar el paso a los asaltos carreteros; no obstante, la espera también está poniendo a prueba la paciencia.
Que en el Congreso local, decidieron ponerle freno de mano a la llamada “ley chaleco”, aunque sea por una semana. El dictamen en comisiones fue aplazado con la intención de abrir un foro de consulta ciudadana el próximo viernes 30 de mayo, donde se espera la participación de diputados locales, expertos y representantes de motoclubes de todo el estado. La prórroga es oxigeno para los usuarios de este modelo de transporte, pues la iniciativa ha generado más ruido que un escape dañado. Por ahora, el dictamen se iría al Pleno hasta el 5 de junio, si es que el foro no derrapa.
Que Alvin no solo es nombre de la ardilla cantante, sino también de una tormenta tropical que ya puso en alerta a medio país. En territorio poblano las autoridades de Protección Civil están con el radar encendido porque, aunque el epicentro está sobre el Pacífico, su coletazo alcanzará con fuerza al estado durante el fin de semana. El fenómeno meteorológico se mueve con tal intensidad que, además de fuertes lluvias traerá consigo descargas eléctricas, granizo y con ello, encharcamientos, deslaves y ríos desbordados. Lo curioso es que, aunque llueve mucho, el calor no se va. Así que a cargar el paraguas en una mano y en la otra el abanico.
