Que el Estadio Cuauhtémoc será, una vez más, la casa de las Águilas del América quienes jugarán el partido de ida de la gran final del fútbol mexicano. Tremendo reto para las autoridades locales y estatales, que tendrán que coordinar los festejos por la Virgen de Guadalupe junto con uno de los eventos deportivos más importantes del país. Este partido, que reúne al mayor número de aficionados en México, concentrará especialmente a los seguidores del equipo de Coapa, quienes abarrotarán el coloso de ñ maravillas. El despliegue logístico para garantizar la seguridad de los aficionados de ambos equipos es algo que no se veía desde hace al menos tres décadas, cuando Puebla no era sede de una final futbolera.
Que tras presentarse con bombo y platillo la rehabilitación del bulevar Forjadores, se descubrió que, por las prisas, las coladeras quedaron tapadas. Es decir, se obstruyó el sistema de desagüe, lo que ahora preocupa a los vecinos y automovilistas que transitan por la zona, ante la próxima temporada de lluvias. Ojalá se tenga plenamente identificada a la empresa que ejecutó el proyecto para que, de ser necesario, atienda y resuelva esta problemática a la brevedad.
Que desde el inicio de la semana, la mesa de seguridad del estado compartió información simultáneamente con dos gobernadores: el mandatario en funciones, Sergio Céspedes, y el gobernador electo, Alejandro Armenta, acompañados de sus respectivos encargados de la Secretaría de Seguridad Pública. Sin embargo, para muchos, este tipo de encuentros debieron realizarse desde el 3 de junio, considerando que la violencia y la inseguridad son temas prioritarios para Puebla y sus habitantes.
Que en los días previos al inicio del gobierno de Alejandro Armenta, se habla de posibles ajustes en su equipo de trabajo. Aunque los perfiles fueron presentados “con bombo y platillo”, el gobernador electo habría dejado claro que aquellos que no den resultados en sus respectivas áreas podrían quedar fuera del proyecto. Habrá que estar atentos a los movimientos de última hora, ya que el margen de maniobra se reduce conforme se acerca la fecha de su toma de posesión.