Que el pasado sábado, el senador Alejandro Armenta fue visto con Yeidckol Polevnsky en una mesa separada del resto de los comensales dentro del restaurante La Casita. A lo lejos se escuchaban las risas y carcajadas. ¿Le habrá informado la diputada Polevnsky sobre este encuentro a su coordinador, el poblano Ignacio Mier? ¿De qué habrán hablado? Más interesante aún resulta que el senador Armenta ha tomado ese lugar como sitio para sus reuniones privadas, a veces entrando por la puerta principal, y a veces por la cocina. Quizás no ha sido advertido de que las paredes escuchan y que todos sus movimientos están siendo observados.
Que tras los hechos documentados sobre la trata de personas que ocurre en la región Puebla-Tlaxcala, la Comisión Estatal de Derechos Humanos del vecino estado puso marcha una campaña en redes sociales donde brinda recomendaciones a la población para no caer en engaños a través de plataformas digitales, y así evitar ser víctima de esta clase de delitos. En contraste, la Comisión de Derechos Humanos de Puebla hace mutis, ya que por el momento, están enfocados en anunciar con bombo y platillo el informe 2022 de su titular José Félix Cerezo Vélez, moviéndolo en Twitter y a través de llamadas telefónicas, pero cuando se les solicita una entrevista para abordar el tema de la trata, pierden lo proactivos, dan largas y solicitan las preguntas por escrito. Con esas actitudes, los desaparecidos serán los medios… pero de su informe.
Que en la guerra de las mediciones de quienes buscan la alcaldía de la capital poblana, la ciudadanía menciona a Enrique Doger y Néstor Camarillo por el PRI; a Mario Riestra, Ana Teresa Aranda , Oswaldo Jiménez y Carlos Montiel por el PAN; y únicamente a Antonio López por el PT-Morena. Éste último comienza a aparecer en las encuestas y se convirtió en la sorpresa para el partido mismo.
Que a ciertos personajes se les olvida que México se rige por sistemas democráticos y Puebla no es la excepción. En la entidad no existe la realeza -al menos este medio no tiene registro de ella-, por lo que hijos de ex gobernadores o cualquier familiar de quienes ya no están en el ejercicio del poder, no cuentan con ninguna autoridad para evaluar las decisiones del gobierno en turno. ¿De qué tamaño habrá sido el jalón de orejas, que ya hasta le quitaron lo público a sus cuentas?