Que el almirante Raymundo Morales, director del Corredor Interoceánico, comenzó así su discurso ayer en Matías Romero, Oaxaca: “Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México y futura comandante suprema de las fuerzas armadas...”, denominación que retomó momentos después el titular de Marina, Rafael Ojeda, durante la supervisión de obras en el Istmo de Tehuantepec, acto en el que también participó Andrés Manuel López Obrador.
Que Julio Berdegué, designado secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, dio a conocer que uno de los puntos focales del próximo sexenio es erradicar la extrema pobreza y otro es transitar hacia una agricultura más sostenible y ecológica, porque si no, pronosticó con elocuencia, “estamos todos fritos”. Bueno.
Que con la entrega de los últimos expedientes de los cómputos distritales de la elección presidencial al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que cumpla con su tarea de hacer el conteo final y declarar la validez de la elección, se puso punto final a las tareas del INE en el actual proceso electoral y la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, respiró aliviada, pues a pesar de la división interna entre sus colegas, pudo presumir que el organismo salió fortalecido y hasta se adjudicó el “honor” y la “responsabilidad” de garantizar la unidad y cohesión” en el quehacer del instituto.
Que a fin de crear la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, propuesta por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se deberá reformar la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. De acuerdo con Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, la Constitución establece la previsión de secretarías de Estado para distribuir los asuntos administrativos de la Federación, por lo que es necesario modificar el artículo 26, para después de la Secretaría de Educación, adicionar la nueva. Las funciones correspondientes a esta última deberán quedar señaladas en un nuevo artículo 38 Bis.