Que resulta inexplicable que Guadalupe Taddei, quien se supone es la encargada de velar por la certeza de las elecciones, haya orquestado romper las reglas para colarse al primer debate con sus afines, lo que no abonó y sí por el contrario desató caos con quejas directas de las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, porque sus expresiones y las de sus incondicionales solo provocaron distracciones. Como si algo faltara al desastre del formato.
Que en el equipo de Xóchitl Gálvez aún no consideran una batalla ganada que el INE acceda a transmitir spots en los que aclare que los programas sociales no tienen tintes partidistas ni de gobierno, por lo que esperará a que llegue el plazo que fijó la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, es decir, el 14 de abril, para arrancar una campaña a fin de advertir que la coacción del voto con los apoyos oficiales es un delito electoral.
Que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados impulsa un acuerdo para concluir anticipadamente el 30 de abril los contratos de 4 mil asesores, enlaces legislativos y otros prestadores de servicios profesionales, pese a que sus relaciones laborales vencen hasta el 31 de agosto. Y aunque los líderes parlamentarios plantean dar al personal una compensación de tres meses de sueldo, la bancada de Morena liderada por Ignacio Mier hizo saber ya a algunos de sus trabajadores que no habrá ningún pago adicional… por cuestiones de “austeridad republicana”.
Que la Comisión de Gobernación del Senado determinó que es improcedente la desaparición de poderes en Guerrero, Campeche y Guanajuato como lo solicitaron por separado y con diferentes blancos la bancada del Partido Acción Nacional, la senadora morenista Antares Vázquez y la priista Cecilia Sánchez. Entre los legisladores, como Claudia Ruiz Massieu, Damián Zepeda e Imelda Castro, imperó la idea de que ese mecanismo, con apego y respeto al pacto federal, es para resolver crisis constitucionales, no para provocarlas.