Que aunque el dirigente de Morena, Mario Delgado, mantenía la esperanza de que las corcholatas consumaran el proceso de registro en la famosa casa de transición de Andrés Manuel López Obrador en la colonia Roma, los trámites legales para poder recuperarla en su totalidad y retirar a las personas que decidieron tomarla y permanecen en el exterior no avanzaron, así que el papeleo tendrá que ser en una sede alterna.
Que Marcelo Ebrard se le adelantará por segunda ocasión a las corcholatas y se registrará hoy mismo. En Morena solo siguen esperando que Manuel Velasco del Partido Verde defina cuándo se va a apuntar, porque es el único que no ha informado, y el resto ya notificó que lo harán el viernes y se pretende darles una hora específica para evitar tumultos. Se prevé que la última en aparecer sea Claudia Sheinbaum, quien requiere llegar con su licencia en mano ya aprobada por el Congreso capitalino y a quien, por cierto, ayer Adán Augusto López Hernández lanzó un dardo con eso de que a él le hubiera dado pena difundir que apenas siete de 22 gobernadores de su movimiento la apoyan.
Que con las enseñanzas de un jab por aquí de Sylvester Stallone, un uppercut de Floyd Mayweather por acá y un gancho al hígado de Evander Holyfield más allá, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se subirá al ring electoral rumbo a la candidatura presidencial muy bien asesorada desde su esquina, por lo pronto con el anuncio de una clase masiva más de boxeo en el Zócalo y todo, por supuesto, a ritmo de Survivor y “The Eye of the Tiger”.
Que el líder de Morena en el Palacio de San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, dio a los integrantes de su bancada salvoconducto para promover libremente a las corcholatas presidenciales Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, pues, según dijo, la restricción de respaldar a los aspirantes solamente aplica a dirigentes del partido y titulares de los órganos de gobierno en la Cámara de Diputados, el Senado y congresos locales.