QUE mucho se habló ayer de que la fracción de Morena censuró a Porfirio Muñoz Ledo, negándole el uso de la palabra durante la comparecencia de la ombudsperson nacional, Rosario Piedra Ibarra, quien por cierto no respondió un solo cuestionamiento y calló sobre las críticas al operativo de la Guardia Nacional contra la caravana migrante.
El legislador se dijo “avergonzado” de que Morena se comporte “como partido de Estado”, pero debe llamarse la atención de que, como vicepresidente de la Permanente, el ex priista firmó un acuerdo sobre quiénes hablarían, en el que no figuraba, por lo que eso de lanzarse de espontáneo para acabar “censurado” lució más bien como algo premeditado. Se las sabe de todas, todas.
QUE colaborativos y de buen ánimo anduvieron en Tijuana el gobernador de BC, Jaime Bonilla, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, en la inauguración de las instalaciones de la Guardia Nacional, que, por cierto, se logró con el apoyo de la IP. Destacaron el trabajo conjunto, pero el mensaje del mandatario, agradeciendo la aportación de los empresarios para que el cuerpo policiaco tenga ahí sus mejores instalaciones, se leyó también como un intento de zanjar de forma definitiva el roce con ellos.
QUE el viernes la batalla entre los grupos de José Luis Rodríguez y Valentina Batres no será solo por la coordinación de la fracción de Morena en CdMx, sino por las áreas de Servicios Parlamentarios, Comunicación Social y el Canal del Congreso. Algunos señalan que el primero no cederá, ya que tiene mayoría y el apoyo de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que no es precisamente la mejor amiga de la hermana del senador Martí.