Que ayer por la mañana, el senador Víctor Fuentes fue recibido en el Congreso por el presidente de la mesa directiva, el diputado Juan Carlos Ruiz, a quien exhortó a destituir e inhabilitar al gobernador y al secretario de gobierno. Hasta ahí todo parecía normal.
Pero al mediodía se prendieron las alarmas con la negativa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) a dos amparos solicitados por Manuel González.
Y por la noche vino la clausura del edificio del Poder Legislativo por la Secretaría de Salud, por “alto riesgo de contagio de covid-19”.
Que dos horas antes de colocar los sellos, sospechosamente seis diputados (de Morena y del PAN), de los 11 que integran la Comisión Anticorrupción que revisaría de nuevo la sanción al gobernador y a Manuel González, acordaron no acudir a la sesión de hoy, ante el brote de covid-19.
Poco después, la Secretaría de Salud tomó su propia decisión y aplicó la clausura, como si el Poder Legislativo fuera un negocio cualquiera que violó las reglas sanitarias. ¿Y la autonomía de los poderes?, ¿y la inviolabilidad del recinto legislativo? Dos preguntas ingenuas.
Que pese al bajo índice de mortalidad por covid-19 en Nuevo León, hay preocupación del secretario de Salud, Manuel de la O, porque durante junio la curva de contagios se disparó.
Ayer se rompió récord otra vez, con 249 casos nuevos, lo que indica que a la par de la reactivación económica, deben acentuarse las medidas preventivas.
Que ayer por la tarde, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, voló de Ciudad de México a Monterrey para apadrinar hoy por la mañana el ungimiento de Heriberto Treviño como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI.
Y para que no quede duda de quiénes son los amigos de Alito en Nuevo León, al líder tricolor lo esperaba en el aeropuerto el coordinador de la fracción del PRI en el Congreso, Francisco Cienfuegos, quien lo trasladó hasta su hotel.