Que ya alzaron la voz algunas “víctimas”…
Y no es para menos. Dicen que en el área de Ordenamiento Territorial y Urbanismo del Ayuntamiento de Torreón se cuecen habas. Todo porque —según relatan varios afectados— ahí “venden” las licencias de uso de suelo (ya sea habitacional, comercial o industrial) a precios muy por encima de lo que marca la propia página oficial. Pero no se trata de una ligera diferencia: aseguran que lo que cuesta menos de dos mil pesos llega a inflarse hasta los cincuenta mil, dependiendo, claro, “del sapo es la pedrada”.
Que este tipo de prácticas, de confirmarse, dejarían muy mal parada a la administración municipal, sobre todo porque las quejas van en aumento y los contribuyentes se sienten indefensos ante la falta de transparencia.
Y por si fuera poco, trascendió un caso aún más escandaloso: al más puro estilo de Antonio López de Santa Anna, la misma dirección habría intentado “vender” una calle completa en la colonia Arboledas de Torreón a un particular. ¡Así como se oye! Una vialidad pública, con vecinos que pagan su predial y todo, puesta en oferta como si fuera terreno baldío.
Pero la historia no acaba ahí. Cuentan que un ex secretario del Ayuntamiento, que hace poco dejó su cargo en la actual administración, se adjudicó un “terrenito” en el Ejido La Unión, mismo que, sin perder tiempo, rentó a una conocida tienda de conveniencia. Todo un ejemplo de rapidez y “visión empresarial”.
Y por si alguien dudaba de su “influencia residual”, se dice que este mismo personaje intervino para cerrar un centro educativo en el norte de la ciudad. Habría solicitado un “favorcito” a la Dirección de Inspección y Verificación, que no tardó en colocar los sellos… aunque el gusto les duró poco: el superior se enteró de la maniobra y, cuentan, los regaños tronaron hasta el piso más alto de la presidencia municipal.
Que en otro frente, los empresarios de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) Región Laguna levantaron la voz. Reclaman que las obras del programa Agua Saludable para La Laguna y las derivadas no están beneficiando a empresas locales, a pesar de las promesas. El director de la Conagua, Gabriel Riestra, respondió que el proyecto más grande de tecnificación del país, con una inversión de 270 millones de pesos, está a cargo de una concretera lagunera. Entonces… ¿a quién creerle? Porque entre permisos inflados, calles en venta y funcionarios con terrenos “estratégicos”, pareciera que el negocio está en el despacho público, no en la obra pública.
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