Que tampoco el Secretario de Gobierno de Coahuila, Óscar Pimentel, se salva de que sus redes sean hackeadas. Resulta que su WhatsApp fue intervenido por los ciber delincuentes y de inmediato empezaron a pedir dinero a sus contactos. Si al Secretario le pasó, hay qué ser desconfiados y si algún funcionario le pide para el camión más vale que no le haga caso, puede tratarse de un delincuente que se hizo con las redes del político.
Que lo anterior divide opiniones porque mientras ellos aseguran que los políticos deben de servir a la ciudadanía sin pensar en la reelección, hay quienes por el contrario piensan que el tiempo no les alcanza a los gobernantes -o al menos eso ponen de pretexto- para concluir proyectos, obras o promesas de campaña.
Que el pasado viernes, el General de División Eufemio Alberto Ibarra Flores, Comandante de la XI Región Militar destacó que gracias a la coordinación y cooperación entre las autoridades de los tres niveles de gobierno y el sector empresarial, se puede disfrutar de una Región segura y próspera y destacó los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que reporta bajos índices sobre inseguridad pública en Saltillo, Piedras Negras y Torreón.
Que el tema en Francisco I. Madero -cuyo alcalde Jonathan Ávalos anunció se retiraría del Mando Unificado Policial-, no ha terminado y es que en su reciente visita a la Región Laguna el Secretario de Seguridad en Coahuila, Federico Fernández Montañez, dijo que el tema de la seguridad no se politiza, que el estado va a llenar el vacío policial que pueda existir en ese municipio; tras la decisión anunciada por el Alcalde ya que la población no distingue instancias de gobierno.
Que a partir del jueves próximo en la lagunera ciudad de Matamoros quedará prohibida la celebración de bailes y fiestas particulares en la vía pública, de acuerdo con la aprobación del Cabildo hace dos semanas, a iniciativa del alcalde, Miguel Ángel Ramírez, “Charro”. La pregunta es por qué a estas alturas se seguía permitiendo este tipo de eventos en la vía pública si implicaban contaminación auditiva, el cierre de calles y riñas para molestia de los vecinos. Y todavía hay quienes, los menos, protestan por estas sanas disposiciones. Clausura y multas les esperan a quienes no atiendan el acuerdo del Cabildo. Ahí están los salones y quintas a su disposición.
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