Que la tensión entre las altas cúpulas de Morena y el Partido Verde, reflejada a nivel nacional con el destape del senador chiapaneco Manuel Velasco por la Presidencia, se trata de apaciguar en Tamaulipas, al grado de ver a su dirigente estatal del tucán, Manuel Muñoz Cano, en referencias al gobernador Américo Villarreal Anaya y hacer sentir su respaldo a la alianza, para que nadie ande de malpensado.
Que la cosa es diferente con el PT, al menos con el regidor victorense Alejando Ceniceros, al comenzar con una campaña de desprestigio sobre el alcalde Lalo Gattás. Es más crítico que los mismos opositores pero, en el fondo -aseguran en la capital- trae la misión de meterse al “fuego amigo” para ser considerado como un aspirante a la Presidencia Municipal. Esa estrategia ya se le vio al diputado local Pepe Braña.
Que librado de los ataques en su contra por parte de rivales morenistas en el Congreso del estado -pues agregan “no lograron encontrarle nada”- lo anterior le dio mayor impulso a Carlos Fernández Altamirano para reforzarse como una de las cartas fuertes del panismo en Ciudad Madero hacia la elección del 2024, al estar en juego la Presidencia Municipal entre los cargos públicos más atractivos.
Que la vieja guardia priista tamaulipeca se encargó de rendirle un homenaje póstumo al ex presidente del comité estatal José Bruno del Río Cruz, este miércoles en la sede tricolor en Ciudad Victoria. El evento encabezado por el actual dirigente Carlos Solís Gómez contó, como ya es habitual en los recientes años, con un puñado de militantes, incluidos algunos de los titulares del PRI en la última década.
Que contados son los casos de diputados federales tamaulipecos regresaron a sus distritos a encontrarse con sus gobernados. El único es Erasmo González Robledo de Morena con actividades en colonias; el resto se ha tomado en serio el receso legislativo para descansar o tomarse un tiempo de “sus vacaciones” para publicar en redes sociales temas de coyuntura.
