Que la próxima visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas, programada para la próxima semana en Nuevo Laredo, será un nuevo espaldarazo para el gobernador Américo Villarreal Anaya en vísperas de una elección interesante, donde el estado busca sacudirse por completo del Cabecismo, todavía renuente a ceder.
Que ni al panista Luis René Cantú como al priista Carlos Solís Gómez padece incomodarlos la actitud de sus regidores en gobiernos de Morena. Desde Nuevo Laredo hasta Ciudad Madero, pasando por Reynosa, Altamira, Matamoros y Ciudad Victoria, la relación de ediles opositores con alcaldes es muy tersa pues, afirman, no quieren perder la compensación.
Que después de dos procesos electorales donde Morena favoreció al género masculino, ahora apostará por una mujer para encabezar la fórmula al Senado. Ayer se anunció que en Tamaulipas como en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tabasco y Yucatán, va una fémina al frente.
Que se notó en la jugada del auditor superior Jorge Espino Ascanio la mano del abogado binacional asesor de los diputados panistas en su pugna contra Morena. Eso de sacarle la vuelta, con alegatos legales, al festín preparado por legisladores guindas con el tema de las cuentas públicas, no salió de la cabeza del ingeniero mecánico eléctrico.
Que por cierto, ahora los azules no quieren se den a conocer los resultados de la fiscalización de cuentas públicas y cuando eran oposición en el Congreso del estado hacían circo, maroma y teatro porque, decían, la aplanadora priista las aprobaban a ciegas y debían transparentarlas. Así la congruencia.
Que en la Coordinación de Movimiento Ciudadano de Tamaulipas aún se encuentran sin claridad sobre los personajes que contenderán a diputaciones, alcaldías y el Congreso local, mientras se observan las redes sociales al ex candidato a gobernador Arturo Díez Gutiérrez en una visita al Senado.