Que, fiel a su estilo, el que ahora anda viendo quién lo arropa es el que fuera secretario general de Gobierno del Edomex, José Manzur Quiroga. Y es que apenas se acabó el presupuesto en el Senado, donde le dio cobijo el ex gobernador Eruviel Ávila como secretario de la Comisión de Marina, Pepe Manzur dejó de verse por los pasillos de la Cámara Alta en búsqueda de nuevo puesto y nuevos reflectores.
Quienes han podido observar este tema señalan que no la trae fácil porque no es bien visto por muchos de sus compañeros priistas y mucho menos por la nueva clase política que ahora gobierna la entidad mexiquense.
Que ayer nuevamente estuvo de gira por estas tierras el presidente Andrés Manuel López Obrador quien, a este paso, va a adquirir la naturalización como mexiquense además de tabasqueño. Es notorio el interés por hacer incidir su imagen en la entidad, en franco respaldo a la gobernadora Delfina Gómez, pero además con miras a acercarle un Congreso totalmente pintado de guinda a partir del 24, que le allane el camino para gobernar sin el menor sobresalto.
Que por cierto, quienes analizan la dinámica que ha tomado el relevo de cuadros en el nuevo gobierno estatal, mismo que cumple sus primeras semanas, perciben que un número importante de mandos medios y hasta algunos altos permanecerán en sus puestos durante un tiempo más. ¿Cuánto? Dependerá de la operación que hagan en favor de la nueva ola, a fin de que se apuntale como una clara hegemonía política.
Que es lamentable comprobar cada día más que el municipio de Zinacantepec se está configurando como refugio y lugar de operación de grupos delictivos, mientras el alcalde Manuel Vilchis Viveros anda tan tranquilo.
La captura ayer de miembros de un cártel michoacano por parte de la Policía Estatal, además de la reciente masacre de una familia en el municipio, caso probablemente relacionado con ese tipo de temas, son apenas un botón de muestra del hervidero que hay ahí, a escasos kilómetros de la capital del estado.
