Que con el anuncio presidencial en días recientes acerca de que el Tren Interurbano México-Toluca se inaugurará a principios de septiembre (a medias, pues por lo pronto en realidad sería el tren Zinacantepec-Lerma) se han desatado algunas especulaciones. Y es que había un compromiso hecho por el propio López Obrador de terminarlo antes de que concluyera el sexenio de Alfredo Del Mazo.
Dicen que en política la palabra vale oro, y quizá eso fue un factor determinante. Ojalá las prisas no deriven en contratiempos, pues más allá de la operación es evidente que faltan muchísimos “detalles” colaterales en el proyecto, que hasta el momento parecen estar en obra negra.
Que, luego de la veda por elecciones, ha retomado impulso el muy loable programa “Canje de Armas”, de la Secretaría de Seguridad del Estado de México en conjunto con la Sedena, y las cifras son de llamar la atención: En los últimos 12 días canjearon 791 armas, 40 granadas activas y 2 mil cartuchos.
¿Cómo estarán las cosas en la facilidad para adquirir estos artefactos, como para que la gente tenga granadas en casa? Un tema que debería correr paralelo por parte de la federación es la detección del flujo de estos artículos... Pero, ya se sabe, ese es un añejo dolor de cabeza que al parecer nadie ha tenido la voluntad de parar en seco.
Que, como se veía venir desde hace un par de legislaturas cuando comenzaron a presentarse iniciativas banales, reiterativas y ocurrentes solo para “hacer presencia”, la chamba se les ha acumulado a los diputados mexiquenses.
Y es que tienen pendientes de trabajar más de 500 propuestas, e incluso cerca de 60 ya “precluyeron”, es decir, que en la congeladora ya caducaron porque se agotó el periodo y no lograron dictaminar, entre ellas la creación de la ley del ingreso mínimo vital y catalogar como delito la retención de cuotas del Issemym. Láaastima.