Que la secretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral, mostró que es capaz de aguantar “candela”, pues no se descompuso en ningún momento de su comparecencia pese a las duras acusaciones y señalamientos que le hicieron en el pleno del Congreso. No cabe duda que aplica bien lo que les decía a los priistas: “vayan a las calles y aguanten las mentadas”. Lo cierto es que salió airosa del trance, y nadie pudo rebatir con alguna prueba el argumento de que es un programa más que vigilado e incólume hasta el momento.
Que tampoco le fue mal al Secretario de Educación, Gerardo Monroy Serrano, quien se comprometió con el magisterio a, previo análisis, disminuir a 50 por ciento la carga administrativa que tienen actualmente los profes para fortalecer la función educativa y, además, a seguir reduciendo la deuda de 117 millones de pesos que tienen los planteles con la Comisión Federal de Electricidad.
Que por cierto la glosa del informe demostró una vez más la ineficacia del modelo, por lo cual ya se deberá pensar en una nueva estrategia para revisar el trabajo del Poder Ejecutivo, de manera objetiva, más allá de temas electorales. Muchos legisladores han hecho notar que cada año es lo mismo, mucho ruido político y pocas nueces en lo productivo de este ejercicio de rendición de cuentas.
Que pasadas las comparecencias, al parecer los partidos agarrarán su “segundo aire” rumbo al 2023. El coordinador parlamentario de Acción Nacional y aspirante a la gubernatura mexiquense, Enrique Vargas del Villar, informó que la próxima semana van a retomar las pláticas con el PRI y el PRD para avanzar en la conformación de una alianza.
Que el diputado Isidro Moreno criticó que los jóvenes que cobran la beca Benito Juárez utilizan el recurso para comprar croquetas para sus perros. Este detalle ha abierto el debate, pues si bien hay quienes señalan esto como indignante, otros opinan que no se puede controlar el destino del dinero una vez en manos de los beneficiarios, y que los nuevos tiempos colocan a las mascotas como parte de la familia… ¿Al legislador le hace falta más “bax”?
