Que entre las paradojas que se han dado a raíz de la pandemia de coronavirus, está la estadística de que desde octubre de 2020, el Estado de México únicamente ha presentado cuatro casos confirmados a influenza, según datos de la Secretaría de Salud Federal. En otros años, ese mal había dejado ya hasta defunciones en lapsos similares, pero ahora las medidas contra el covid han dejado ese beneficio colateral. Menos mal.
Que en lo político, también se busca remediar los padecimientos crónicos: la bancada parlamentaria de Morena propuso que los exhortos a los poderes públicos del estado, sus dependencias, organismos y ayuntamientos sean vinculantes. Y es que llevan 2 mil de estas llamadas a misa en los últimos cinco años.
Es evidente que en los años recientes abusaron de esta figura que apelaba más a la responsabilidad moral que a la obligación legal. Pero con la propuesta, ¿no estarán cayendo en la tentación de invadir funciones del Poder Ejecutivo? ¿Será el sendero que les marca el gran Tlatoani?
Que debería prender focos rojos por todos lados el dato de que, a la fecha, 20% de las industrias en el estado, alrededor de mil 500, manejan algún tipo de material peligroso que es un riesgo potencial tanto para trabajadores como para población en general. Del siniestro en una planta en Lerma el último día del 2021, al parecer no hay responsable alguno.
Que resulta muy oportuno que el próximo sábado 8 de enero inicie la aplicación de la dosis de refuerzo al personal del sector educativo que haya sido inmunizado con la vacuna Cansino durante el mes de mayo de 2021 en la entidad mexiquense, ante el avance de la variante ómicron.
El ritmo de contagios aún en personas ya vacunadas y que recibieron dos dosis es alarmante y un repunte en el magisterio sería un golpe severo al tan anhelado retorno seguro a las clases presenciales de millones de alumnos de la entidad.
