Que durante años, los vecinos de la colonia Huentitán, en Guadalajara, han carecido de un transporte público digno. Este lunes, ante el pleno del ayuntamiento, creyeron estar a un voto de que ese olvido terminara. Sin embargo, el regidor de Morena, Chema Martínez, decidió votar en contra de ese proyecto. Pero la reacción en el recinto fue inmediata y contundente: un coro de abucheos y reproches. Ante la presión, Martínez terminó su intervención gritando, desesperado, tratando de imponer su voz sobre la de aquellos a quienes acababa de fallar. El incidente parece desnudar una verdad incómoda para Morena en Jalisco: la retórica de transformación choca contra la pared de las decisiones concretas. En Guadalajara, al parecer, las promesas no están entrando en la misma dirección que las necesidades ciudadanas.
Que se escribe un nuevo capítulo de tensión entre el Legislativo y Fabiola Loya, secretaria de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres de Jalisco, luego de ser plantada por los diputados durante su comparecencia. Volvieron a citarla para este martes a la 10 de la mañana; sin embargo la funcionaria tiene programado participar en un evento de mujeres empresarias casi a la misma hora de su cita en el Congreso. ¿Le dará para cumplir las dos agendas?
Que las declaraciones de gobernadoras y ex gobernadoras en la FIL 2025 subrayan una verdad incómoda para el sistema político: los avances en derechos de las mujeres no son un regalo de los partidos, sino el fruto de décadas de lucha social y feminista. Lideresas como Libia Dennise García (Guanajuato) o Amalia García (Zacatecas) reclaman autonomía para la agenda de género y deslindan las conquistas reales de las narrativas partidistas coyunturales. Sin embargo, hay una paradoja evidente: son mujeres que han accedido al poder máximo a través de esos mismos partidos, lo que refleja la compleja relación entre el movimiento social y las instituciones. El foro también planteó el desafío que viene después de llegar al poder. Beatriz Paredes (Tlaxcala) advirtió que la verdadera oportunidad es histórica: se trata de transformar las lógicas patriarcales del poder, no de reproducirlas. El “tiempo de las mujeres”, al que aluden, se convierte en una prueba de fuego: su legado se medirá por su capacidad para gobernar de manera distinta, inclusiva y efectiva.