Que el de ayer en López Mateos fue un ejercicio de discusión inédito porque los protagonistas fueron los vecinos que sufren día con día el tráfico en el principal acceso al sur de la ciudad. Hubo vecinos que sin cortapisas pedían un segundo piso, otros que hasta poéticamente le pedían al gobernador Pablo Lemus no meterse en esos asuntos. También hablaron representantes de colegios de profesionistas, cámaras empresariales, académicos y activistas. Lo real es que fue muy evidente el divorcio entre lo que los académicos defienden y lo que los vecinos sufren. Uno de los académicos fue Mario Córdova, de la UdeG, quien como responsable de Movilidad en el sexenio de Aristóteles Sandoval no tuvo un planteamiento para resolver este problema.
Que sobre el mismo tema, algunas voces le sacaron al mandatario estatal su posición de hace 20 años cuando se opuso a la vía exprés de la administración de Emilio González. Hace dos décadas cuando la movilidad era otra. El mandatario reviró diciendo que se debe tomar una decisión porque lo peor sería no hacer nada, y que pase otro gobierno sin poner a debate el problema.
Que mientras Jalisco mantiene diálogo permanente con la Comisión Nacional del Agua para revisar la operación del proyecto del acueducto en la presa Solís, que contempla el envío de 120 millones de metros cúbicos de agua a Guanajuato, trabajadores del organismo están en paro pidiendo la cabeza del director regional.
Que la trágica muerte de la joven motociclista en Zapopan es un síntoma grave de una falla sistémica en la responsabilidad que tienen los gobiernos municipales con la vida y la seguridad de sus ciudadanos. Un bache no es un “daño menor”, es un peligro latente que las autoridades conocen y que, al no reparar, se convierte en una omisión culposa. Se pidió la versión oficial para saber cómo es el protocolo para la indemnización por la muerte de la joven. Si el gobierno no responde con celeridad, transparencia y un protocolo claro de indemnización en un caso tan evidente, ¿en qué otros casos lo hará?