Que siguen los grillos cantando en el Congreso. Por experimentada que parezca, la diputada panista Claudia Murguía cometió un error de sexto año. En la pelea por no quedarse fuera de la negociación de las comisiones, llamó a Hugo Luna, el todavía jefe de gabinete estatal, para que la rescatara. Ese gesto trascendió más allá de los involucrados y fue visto como un desplante hacia el nuevo gobierno estatal. En el nuevo gabinete ya dieron acuse de recibo y fueron claros en las pláticas entre funcionarios de primer nivel: Lemus no es Alfaro. Así que seguro ya no habrá más reuniones en los pagos deportivos ni fotografías codo a codo enseñando la blanca dentadura con el jefe del Ejecutivo.
Que por si fuera poco, entre las filas panistas le están pidiendo cuentas a Murguía por los beneficios que en la pasada legislatura se llevó para ella solita. Esto es lo que se supo en los pasilllos del Congreso ayer: había negociado la coordinación de Servicios Generales del Congreso y también el Centro de Investigaciones Legislativas, sin compartir los seis espacios disponibles al resto de la fracción. Eso sin considerar que como coordinadora tenía derecho a contratar a ocho personas con sueldos conjuntos de más de 400 mil pesos y tener bajo su mando a otras 15 personas dentro del personal de base. Por cierto, los cambios en presidencias de comisiones que vaticinaba la panista, quedaron en simples reacomodos de vocalías, ¿Hasta dónde llegará Murguía en esta Legislatura?
Que el diputado federal Ricardo Monreal se quitó la máscara una vez más para mostrarse de cuerpo completo y sacar su verdadera identidad, esa que mantuvo en el clóset todos estos sexenios. Miren qué ya es mucho decir que habrá de sacar una reforma fiscal para quitarle a los que más tienen (aunque muchos saben que se le cargará la mano a la clase media), tan solo horas después de que de forma cínica aceptara que sí usa helicóptero desde hace mucho tiempo para moverse y cuyo gasto no corre a cuenta de su salario. ¿Entonces quiénes son sus amigos, entonces? Lo hizo con la voz de una pieza clave de un régimen autoritario. Vamos a ver qué dice de la reforma fiscal, la presidenta de la Comisión de Presupuesto de la Cámara federal, las jalisciense Merilyn Gómez; aunque creemos que la mayoría sabe bien cómo va a terminar llevando las próximas sesiones en San Lázaro, ¿O no?
