Más que interesante, para la reflexión, resultó el actuar gubernamental sobre el incendio en el Mercado de San Juan de Dios. Y para nada nos referimos a la heroica y abnegada actuación de bomberos, rescatistas, brigadistas, policías, guardias nacionales y soldados, que en casos como este siempre han respondido a la altura de lo que se espera, y más. No. Lo que llamó la atención fue que el alcalde tapatío Pablo Lemus se fue prácticamente solo en la tarea de coordinar trabajos de auxilio y, lo más importante, inyectar entre locatarios del mercado tranquilidad y confianza en que se resolverán las cosas. Y en el resto de los ciudadanos, en desmontar cualquier teoría de conspiración sobre el futuro del inmueble. Logró Lemus Navarro un buen papel en momentos de crisis, y deberá mantenerlo en lo que veces resulta el momento más difícil: el día después.
Pero esa presencia pública del alcalde Pablo Lemus se puede explicar también con la no presencia del gobernador Enrique Alfaro, quien al parecer en un acto bien pensado, se mantuvo alejado de los reflectores. El gobernador lanzó algunos mensajes en redes sociales dando información sobre el incendio, pero no intentó robarle reflectores al presidente. Pudo haber aparecido por el mercado, o convocado a reunión, o algo; pero al final ganó al no mostrarse con ganas de robarse el momento. Pareciera que no, pero resultó una buena jugada. No compitió con el alcalde (al final Alfaro también fue presidente municipal), y ya tendrá oportunidad de mostrarse como parte importante del tema.Donde sigue habiendo rivalidad, o desencuentros, para ser más precisos, es entre el gobierno estatal y la Universidad de Guadalajara. Ayer el rector general de la casa de estudios, Ricardo Villanueva, se quejó de lo que considera mala educación de Enrique Alfaro por lanzar calificativos contra los universitarios. Durante su intervención en el informe de Irma Leticia Leal, rectora del Centro Universitario de Tlajomulco, Villanueva tomó un rato para decir que él sí disfruta su rectorado, y espera que Alfaro también disfrute su gobierno, pero que la mejor manera de que Alfaro disfrutara es conciliando, es uniendo; es escuchando. Y remató diciendo: “Yo quisiera que el gobernador nos volviera a escuchar”.La Tremenda Corte
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