Que en el tema del agua para Guanajuato nada está dicho aún y en primera instancia se espera que la Comisión Nacional del Agua autorice el uso de embalses destinados a la contención de lluvias para acondicionarlos de modo que el líquido que almacenen sea para el consumo humano, desazolvando las presas y dando mantenimiento a su infraestructura.
El segundo eslabón de la cadena es la autorización para que parte del agua de la presa Solís, en el municipio de Acámbaro, sea traída mediante un acueducto al centro del estado y pueda ser utilizada por municipios del corredor industrial y finalmente hacer uso del derecho que tiene la entidad del agua que llega a la presa El Zapotillo, ubicada en Jalisco.
Que el gobernador Diego Sinhue aseguró que esta agua es un derecho de la entidad, pues el decreto que otorga parte del líquido que llega al embalse que hoy trabaja a 60 metros de profundidad y cuyo proyecto era originalmente a 80 sigue vigente y es aplicable, incluso si se deseara construir otra presa lo que significaría una inversión importante.
Lo que es cierto es que a 7 meses de que concluya la actual administración estatal, uno de los grandes pendientes del Ejecutivo es el legado de un proyecto sólido en materia de abastecimiento de agua que permita la recuperación de los acuíferos existentes.
Que hablando de agua nos cuentan que la gobernadora de Aguascalientes, Tere Jiménez, quedó de tal forma sorprendida respecto al manejo que se le da al recurso en León que quiere replicar el esquema mediante el cual trabaja el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de la ciudad.
El tema es que ya hay una asesoría por parte del ex presidente del Consejo de Administración de la paramunicipal, Jorge Ramírez, quien apoya el proyecto del gobierno de la vecina entidad, lo que habla bien de cómo se han hecho las cosas en la capital del calzado.
