Que ayer la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, insistió en la realización de una mesa política donde se discuta el método de selección de quién será el aspirante a la candidatura al gobierno del estado de Guanajuato, misma que no solo ha sido solicitada por ella sino por varios actores panistas de la entidad.
La munícipe insiste en que deben ponerse las reglas claras “para que no haya mano negra en ningún lugar, donde realmente se vea quien es el mejor en cada uno de los lugares, no solamente es la gubernatura sino quién es el mejor de cada municipio”, en pocas palabras no a la designación de candidatos.
Que quien anda pateando el pesebre en Irapuato es el ex alcalde Ricardo Ortiz, antecesor de Lorena Alfaro, quien en sus redes sociales publicó que pensar en la elección consecutiva, obviamente refiriéndose a la presidenta municipal sería como entregar el municipio a Morena.
Y pues para nada cayó en gracia su comentario ni entre el grupo de la presidenta municipal ni en la cúpula panista, pues ven en las declaraciones de Ortiz Gutiérrez ardor por no haber conseguido posición alguna en el gabinete central de gobierno del estado.
Que nos cuenta el diputado de Morena y presidente de la comisión de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables del Congreso estatal, David Martínez Mendizábal, que no hubo berrinche ni cosa parecida con la decisión de suspender la mesa de trabajo interna de asesores para analizar la iniciativa de la Ley de la Diversidad Sexual que fue devuelta a su comisión por los legisladores locales.
Nos dice el legislador que se basó en las atribuciones que le da la ley orgánica del poder legislativo y que el acuerdo de la Comisión fue celebrar una reunión interna, no privada, que significa sólo con asesores y asesoras de los grupos parlamentarios. Y fue desarrollada en el recinto parlamentario.