Que no hay peor ciego que el que no quiere ver y llama poderosamente la atención la negativa del municipio de Villagrán para disolver su Policía Municipal y tomar la recomendación hecha por el gobernador Diego Sinhue de aceptar el apoyo de las Fuerzas de Seguridad Pública para hacerse cargo de la vigilancia en tanto se depura la dependencia.
Villagrán, como todo mundo sabe, es sede de los resabios del grupo delictivo originario de Guanajuato que sentó sus bases en el poblado de Santa Rosa de Lima, es uno de los que tiene el más alto consumo de cannabis entre estudiantes y zona de alta incidencia de robos en carretera.
Que lo que más preocupa es lo declarado ayer por el fiscal general, Carlos Zamarripa, quien ventiló que en pensiones, propiedad del municipio de Villagrán, eran escondidos vehículos que tenían incluso minutos de haber sido robados con la evidente complicidad de la Policía Municipal que tiene el resguardo de estos corralones.
Ya se abrieron carpetas de investigación en contra de elementos de la corporación, en un municipio donde casualmente no hay puestas a disposición de ningún detenido y el reporte de delitos es bajísimo, lo que contrasta con todo lo aquí expuesto. ¿Y el resto de las policías? también deberían depurar.
Que, por cierto, Zamarripa Aguirre al ser cuestionado por los señalamientos insistentes del Presidente dijo que es ajeno a cualquier cuestión política y que no pertenece a ningún partido pero reconoció que las críticas hacia el desempeño de la Fiscalía claramente “es un tema partidista de algún partido político”.
De hecho pidió que se hiciera un análisis de los resultados dados por la FGE en cuanto al combate al crimen en la entidad y retomó lo dicho por el gobernador al asegurar que no se trata de repartir culpas sino de trabajar pues no hay día que no se detengan presuntos criminales y se pongan a disposición de los jueces.
