¡Wagnermaníacos! Como siempre un gran gusto el que tengo de saludarlos y compartirles algunas de las cosas que tuve la oportunidad de reflexionar, a lo largo de los últimos siete días.
Una de ellas fue un reportaje que hizo una televisora en sus redes sociales, comentando, aplaudiendo, por qué no decirlo, la buena forma en la que me encuentro física y mentalmente, a mis 57 años de edad.
Agradezco este comentario, porque es sin duda una buena plataforma para inspirarlos a todos ustedes, para transmitirles mi experiencia, al cuidar rigurosamente mi alimentación y realizar una ardua rutina de ejercicios.
Soy sincero, la vanidad es un gran impulsor para esta forma de vida, porque actualmente los luchadores, los deportistas en general, deben de ser estéticos.
A quién no le gusta que le digan, ‘qué bien te ves’, creo que a todos nos fascina. Sin embargo, otro aspecto importante es que en estos tiempos la esperanza de vida es más larga, gracias precisamente a la alimentación, al ejercicio, a la ciencia y a la fortaleza mental.
En antaño, en la época de mi padre el aspecto físico era muy diferente. La mayoría de los gladiadores eran robustos y ese físico se consideraba símbolo de vigor, de hombría. Así me lo inculcaron y en mis tiempos en la Arena México lucía más repuestito.
Afortunadamente me di cuenta a tiempo que bajar de peso, siempre con la vigilancia de un nutriólogo profesional, me ayudaba a desplazarme mejor en el ring y me permitía una vida personal más plena, en favor de mis hijos y de mi pareja.
Celebro que hoy en día los luchadores, los futbolistas, se procuren más por su propio bien y sean conscientes de que son un ejemplo para sus seguidores entre los que hay muchos niños y jóvenes.
La salud es la base de nuestras vidas. Sin salud no hay nada.
Piénsenlo Wagnermaníacos, se los dejo de tarea. Actualmente existen muchos tutoriales para hacer ejercicio, para las personas que van empezando y en mis redes sociales también pueden asesorarse, con mi experiencia, con mis conocimientos.
Y recuerden, que en mi casa y con mi gente, se me respeta. Bien, Bien, Bien.