Al corte de esta columna y habiendo revisado el estatus del susodicho lugar, corroboro que no, no hay nadie aún dentro del albergue para niños migrantes allá por el sur de nuestra ciudad capital, ese que generó polémica ¿recuerda? Hasta se cerró ese tramo de paso por los vecinos del lugar, en aquel entonces se estaba haciendo costumbre hasta que de plano la policía antimotines llego a meter orden, con empujones y jalones incluidos, hecho eso el deseo incendiario del vecindario murió.
Interesante porque aquel día la nota no ocupo las primeras columnas de ningún medio de comunicación, se relegó a un nivel secundario; en estricto sentido la ley se aplicó correctamente, la gente no podía tomar una vía federal y fue removida, la cosa en aquel entonces y hoy en día, fue la discrecionalidad del hecho, al pueblo quejoso sí, pero a maestros, a ambulantes y a confederaciones variadas hasta valla les han hecho para “cuidarlos” cuando toman las carreteras, ¿recuerda las veces que la salida a la Ciudad de México se ha visto bloqueada? Y en aquellos entonces al menos un servidor no vio como la policía llegaba a quitarlos; así las cosas.
Hablando del albergue se nos dijo que costo 70 millones de pesos, cosa que por donde le vea y sumándole todo lo que hay ahí en cuanto a construcción y equipamiento, no llegaba ni con mucho a esa cantidad. De manera reciente y después de cuadrar números, las autoridades bajaron la cifra a 54 millones, esto es casi 23% menos de los dicho, no es que uno piense mal verdad, pero no se puede andar diciendo así a la ligera ciertas cantidades al aire y luego reducirlas drásticamente, porque 16 millones no es poca cosa.
Aunque ya salieron a decir que todo el dinero contempla también nómina y gastos de operación.
En fin, la situación es que hoy en día y después de su inauguración aún no hay niños migrantes ahí alojados, ha pasado más de una semana y nomás nadie llega, aclaro que, al ser para menores, hay varias restricciones que deben de cumplirse para alojarse ahí, sin embargo, de que puede recibir a niños y sus acompañantes, lo puede hacer.
No puedo dejar estas líneas sin mencionar la muerte de Pepe Mujica, acaecida de manera reciente, un líder de izquierda que encarnó el vivo ejemplo de la lucha por el pobre, por el más necesitado, el ejemplo de que se puede pasar de guerrillero como lo fue él, de estar más de una década en la cárcel, a ser presidente de un país. Poco querido en sectores conservadores, pero amado por los de a pie.
