Se dice, y con razón, que para entender el alma de un pueblo hay que ver las historias que se cuenta a sí mismo. Durante demasiado tiempo, las nuestras, las de esta tierra creativa que es Jalisco, se contaban desde lejos o, peor aún, no se contaban. Nuestros rostros, nuestros paisajes, nuestras dudas y nuestros sueños eran un decorado lejano en un cine que se filmaba, decidía y aplaudía en otro lugar. Pero eso está cambiando.
Algo huele a tierra mojada sobre el asfalto de la Calzada, algo suena a mariachi en una cantina de antaño... Es el sonido de una nueva tribu: los cineastas jaliscienses.
Este viernes, en el corazón mismo de nuestra memoria, el majestuoso Edificio Arróniz, tendremos la oportunidad de ser testigos de este renacer.
La cita es con “Después”, el largometraje de Sofía Gómez Córdova, una directora que, aunque nacida en Aguascalientes, entendió hace años que el músculo creativo y la audacia para contar estaban aquí, en lo que ella llama con acierto su “madre adoptiva”: Guadalajara.
Su película, un drama íntimo y sensorial sobre el duelo de una madre –encarnada por una Ludwika Paleta–, es mucho más que una historia. Es un manifiesto grabado en calles tapatías, producido por empresas locales como Bruja Azul, y sostenido por fondos como Filma Jalisco. La prueba viviente de que aquí no solo hay talento; hay un ecosistema.
Sofía, la directora, dijo claramente en entrevista para esta columna que “Jalisco se ha convertido en un polo alternativo para producir en México” y eso no es poca cosa.
En un país centralista hasta la médula, la descentralización cultural no es un acto de buena voluntad, es un acto de justicia y de inteligencia. Guadalajara, con su “panorama distintivo”, como bien apunta la directora, ofrece un modelo: el de una ciudad que no compite con la capital, sino que construye su propio relato, uno que “se siente como de futuro”.
La función en el Arróniz, bajo el paraguas de “Cine al Estilo Jalisco” es un símbolo potente, de llevar el cine de regreso al centro, literal y metafóricamente. Es proyectar nuestras imágenes sobre las paredes de un edificio que ha visto décadas de nuestra historia. Es el círculo que se cierra: la ciudad que inspiró la película acoge su regreso triunfal después de su paso por festivales.
Ser cineasta en Jalisco, nos confiesa Sofía, sigue siendo complicado, levantar un proyecto es difícil –lo es en cualquier lado– pero hacerlo desde la provincia exige mayor terquedad. Sin embargo, hoy existen en Jalisco los instrumentos, los fondos y, sobre todo, una comunidad “llena de gente talentosa” que no pide permiso para narrar.
Por eso, esta columna hoy se convierte en una convocatoria… Vayan este viernes al Arróniz. No vayan solo a ver una película. Vayan a ver un pedazo de su ciudad reflejado en la pantalla. Vayan a apoyar a esa tribu de soñadores prácticos que, con cámara en mano, están devolviéndonos la mirada. Vayan a participar en la construcción de esa “madre adoptiva” cultural que es, hoy por hoy, uno de los faros más brillantes del cine mexicano.
Vayan a llorar, a sentir, a tener esa catarsis que Sofía promete y que, de vez en cuando, el alma agradece. No miren hacia otro lado, miren hacia nuestro cine. La función especial de "Después", será este viernes 14 de noviembre, a las 19:00 horas. Lleguen temprano.