Los aliados de Morena, principalmente los del Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista deben sumarse sin simulaciones para continuar con la consolidación de la 4T de cara a las elecciones del 2024 y, a la sucesión presidencial junto con varias gubernaturas, alcaldías, congresos locales y el Congreso de la Unión.
Se juega la consolidación del movimiento encabezado por el presidente López Obrador pero hay quienes no lo entienden así.
La democracia en Morena se puede convertir en un campo minado de aspiraciones grupales (donde se puede caer en conflicto y falta de acuerdos), situación que los políticos deben atender con oficio, sobre todo cuidar a quienes piensan que ya les toca.
Pero ni que fueran “cundinas” o “tandas” como dijera el Alcalde morenista de los Cabos, Oscar Leggs.
Puede haber rompimientos entre grupos que desean el control político de MORENA y, quienes estamos convencidos que los pisos parejos deben ser la base y cimentación de un movimiento que ha venido a romper con los vicios de aquellos que se sintieron dueños del Estado, de la política y de las instituciones en México con todo y sus penínsulas.
De aquellos que piensan que la política es cuestión hereditaria y menosprecian el trabajo que se consigue en la calle de frente a la sociedad. El conflicto es inherente al quehacer político.
Cualquiera que lo evada en el ejercicio del poder responderá con férreo control de la fuerza y en el peor de los casos contra la supresión de garantías sin importar el atropello al orden público.
Sin embargo la unidad debe prevalecer y buscar insisto, la consolidación de la transformación más allá de aspiraciones personales con tufo narcisista.
Hay muchos disfrazados de “neomorenos” que desvirtúan el movimiento.
Estamos ante una polarización social que impone definiciones y unidad colectiva.
Están los que adoran y añoran el viejo régimen y, quienes deseamos que la cuarta transformación siga trabajando por los que menos tienen, por los olvidados de siempre.
Una oposición conformada por un Frankenstein deforme auspiciada por empresarios corruptos y voraces que añoran regresar al poder, amenazan la transformación con aliados impresentables que cuando estuvieron en el poder solo se dedicaron a enriquecerse y desmadrar las instituciones, además de plagiar tesis.
La discusión y la pugna no están enfrentadas con la pasión y menos con la política donde las emociones revuelcan los ánimos de quienes participan en la vida política de sus partidos.
No obstante quienes le apuestan a la continuidad sin tomar en cuenta la base social y al poder soberano los vuelve locos y castran los valores partidistas: Pluralidad, igualdad, inclusión, democracia, etc.
El reto para MORENA está en que una nueva clase política tome conciencia de que la cuarta transformación es romper con los autoritarios, oligarcas y familias enquistadas en el poder como en los tiempos de insurgencia, de reforma y revolución.
De lo contrario estaremos siendo rehenes de grupos que solo desean el poder por el poder sin tener en cuenta los tres grandes postulados de la 4T: No robar, no mentir y sobre todo no traicionar.
Morena necesita de sus aliados: El Partido Verde y el Partido del Trabajo los cuales deben sumarse respetando los valores democráticos y escuchando la voluntad del pueblo.
El mismo que pone y quita.
Es tiempo de unidad entre la izquierda transformadora sin simulaciones y defendiendo la transformación de la vida política nacional.
@cuauhtecarmona