Este martes se festeja el Día del niño. Quienes nacimos en 1984 nos tocó el boom de los 90 con estrellas de la lucha libre como Octagón, Atlantis y Máscara Sagrada.
En esa época ellos tres eran los ídolos de los niños, incluso a Atlantis se le quedó ese mote.
Había niños en las arenas con las máscaras del amo de los ocho ángulos, del rey de la Atlantida y del tigre blanco.
Yo crecí viendo al Perro Aguayo, una verdadera leyenda de la lucha libre de nuestro país.
El gusto por la lucha libre lo heredé de mi padre. Gracias papá. Incluso de pequeño tenía una máscara de Atlantis.
Los niños se transforman con una máscara en el rostro, se vuelven súper héroes, improvisan una capa y hacen las poses de luchador.
Me ha tocado ver en la arena, entre cada lucha, cómo los pequeños se suben al cuadrilátero, niños, niñas, pequeños enmascarados.
Corren dentro del enlonado, hacen el juego de cuerdas, algunos suben al primer esquinero o al segundo y se avientan, otros hacen marometas, unos hacen que luchan, son instantes en los que son felices y ello gracias a la lucha libre.
Las últimas veces que fui a una arena las niñas les gritaban a los luchadores, los apoyaban.
En la visita más reciente una pequeña apoyaba desde las gradas a su ídolo, el príncipe maya Canek, una leyenda viviente.
En las transmisiones por televisión vemos a las familias en las primeras filas apoyando a sus ídolos y entre ellos están los niños con las máscaras de su luchador favorito.
Dr. Wagner Jr, Carístico, Psycho Clown, son solo algunas de las máscaras que llevan los menores a las arenas.
Hace años fui a una fiesta y me sorprendió mucho que uno de los niños que jugaba en un brincolin llevaba una máscara de luchador roja. Uno nunca sabe lo que se puede encontrar en las fiestas infantiles.
Blue Demon, El Santo, Huracán Ramírez y Místico son las máscaras que portan los niños de las primeras filas en las arenas.
Ahora que lo recuerdo cuando niño además de la máscara de Atlantis también tenía una máscara dorada de Konan, el bárbaro.
Han pasado tantos años que no sé qué fue de aquellas máscaras de mi infancia, lo que sí puedo asegurar es que ambas me hicieron feliz.
Aún hoy en día siguen luchando Súper Muñeco y Súper Pinocho, personajes para niños, pero seamos honestos, su época de gloria quedaron muy muy atrás hace ya varios años.
Y aunque prácticamente ya no existan personajes de luchadores para niños los menores adoptan a los luchadores del momento como sus ídolos y les piden a sus papás que les compren sus máscaras.
Niños rudos, técnicos, con máscara y sin ella disfrutan de la lucha libre desde la arena más importante hasta la plaza más pequeña.
Ser niño, que te guste la lucha libre, tener un luchador como ídolo y además tener una máscara son momentos de felicidad que marcan para siempre. Feliz día a todos los niños.
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