Tamaulipas no se encuentra entre los estados con casillas electorales que no podrán instalarse por inseguridad.
A diferencia de otras entidades, aquí no se tiene hasta el momento ese foco rojo, la operación fluye con normalidad y ayer solo faltaban 42 casillas para integrar al personal a cargo, en su mayoría del distrito 08 de Tampico, donde tenían pendientes 27, pues es donde más se ha batallado.
Pese a todo son buenas cuentas si se considera que renunciaron 21 mil funcionarios de casilla y otros miles de capacitadores y supervisores electorales del INE en todo el estado.
Hasta la mañana de este jueves, arriba del 90% de los paquetes electorales se encontraba ya en manos de los funcionarios de casilla, lo que para el presidente del Ietam, Juan José Ramos Charre, era un indicador de que la ciudadanía está respondiendo.
“No hay signos mayores de preocupación que los motiven a abandonar el compromiso asumido meses atrás”, comentó.
La única situación extraordinaria que reportaron las autoridades electorales fue que 626 boletas se echaron a perder tras inundarse el domicilio de un presidente de casilla en Reynosa.
Eran las boletas de la casilla 999 contigua 1, que se dañaron por la lluvia que azotó la ciudad, pero serán repuestas para que esos ciudadanos no se queden sin emitir el voto.
Ramos Charre se mostró comprensivo, pues dice que es de la colonia Hipódromo de Madero, donde el agua llega hasta las rodillas cuando llueve mucho, algo que no ha sucedido en largo tiempo, por cierto.
Tanto el Instituto Electoral de Tamaulipas como el INE reconocen que el calor no ayudará a que sea una elección cómoda, pero se darán facilidades para que personas vulnerables como adultos mayores y embarazadas puedan votar desde su auto; el problema será para quienes acudan a pie, que es la mayoría.
Por primera vez habrá Centros de Mando Regionales de Seguridad en Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa, Victoria, Mante y Tampico, para atender en corto cualquier incidencia durante los comicios que amerite la participación de las fuerzas del orden. En conclusión, la mesa está servida y como dijo el árbitro electoral, Juan José Ramos Charre: “¡Que Tamaulipas decida!”.
