Resulta entonces que el oráculo de Andrés Manuel del 5 de mayo del 2020 que llamó “Algunas lecciones de la pandemia COVID-19” -emitido a tan solo cuatro meses de comenzada la pandemia, dictaba ocho “amlamientos” y ya comentamos cinco.
Pero recordemos por favor la “Lección 5” porque es épica y merece restregarla un poquito: “Desechar el modelo que genera riquezas sin bienestar (…) No es jugar limpio utilizar al Estado para defender intereses particulares”. Qué bonito se oye pero qué feo se cae cuando hablamos de sus hijos favorecidos por el esquema de la Fábrica de Chocolates-. Y todavía remataba esa lección con: “Basta de hipocresía”.
Por cierto, lo anterior se relaciona con la lección 6: “Fortalecer valores culturales, morales, espirituales y reconocer a la familia (Obrador, claro) como la mejor institución de seguridad social”. Con ese paréntesis queda exacta la segura prosperidad de su familia que todos vemos ahora.
Séptimo “amlamiento”: “Reconvertir los organismos económicos y financieros internacionales como el Banco Mundial, FMI, BID, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Grupo de los 20, entre otros, en verdaderos promotores de la cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos y las naciones”. Ok, ok ¿Y la inflación histórica que estamos sufriendo en México de más del 7 por ciento propiciada por el régimen contribuye también al desarrollo y el bienestar del pueblo? No, por el contrario: aporta a todo lo contrario. ¿El pésimo control inflacionario será una excelente carta de presentación de México ante esos organismos financieros? Menos.
8. “No al predominio de grupos de presión o intereses creados”. ¡Wow! ¿Entonces no existe la Red AMLO, los amlovers, las campañas de odio contra los que discrepan del régimen? ¿Qué hay, por ejemplo, del empoderamiento de las fuerzas armadas y la cesión de dinero y facultades a los militares que ya hasta piden que el pueblo se sume a AMLO?
Como vemos, el régimen conserva la misma visión de hace un año no solo en materia sanitaria, sino en el mundo paralelo que solo se ve desde Palacio Nacional. Nada le ha hecho tocar piso ni reconocer lo mal que va y que nos lleva.
Celso Mariño
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