El destape de Enrique Vargas del Villar, diputado local y ex alcalde de Huixquilucan, como aspirante a la gubernatura del Estado de México por el Partido Acción Nacional tiene la pinta de ser un muy arriesgado pero prometedor ardid.
El anuncio hecho el pasado 5 de agosto por el dirigente nacional albiazul, Marko Cortés Mendoza, alarmó y molestó a amplios sectores opositores al régimen lopezobradorista de todo el país ¿La razón? El apresurado destape unipartidista de Vargas del Villar cuando a nivel nacional los anti-4T pugnan por un solo frente opositor contra Morena.
Andrés Manuel López Obrador ya mandó a Delfina Gómez Álvarez como su abanderada para contender, por segunda ocasión, por la gubernatura del Estado de México junto con una gran estructura electoral, por lo que sus adversarios ven necesario un candidato opositor único que sea postulado, al menos, por el PAN, PRI y PRD. El solitario destape de Vargas parecería ir en contra de este propósito… pero no.
Vargas del Villar sería un pararrayos con el fin de distraer a los morenistas, aumentar la atención en el frente y proteger las negociaciones para definir al candidato opositor que saldría, cuentan los enterados, del Revolucionario Institucional.
Pero para evitar que el gobernador saliente pudiera pactar cualquier asunto con la 4T -como ha ocurrido en otros estados-, el o la candidata opositora en el Edomex no solo debe ser priista, sino que debe llevar el apellido del actual mandatario Alfredo del Mazo, o ser hijo político predilecto de los Del Mazo. De no ser así será mucho mayor el riesgo de una no intervención en el proceso o una intervención del nivel estatal favorable a Delfina.
El reparto ideal de las candidaturas del frente opositor sería un o una abanderada Del Mazo-priista a la gubernatura; las alcaldías del tradicional corredor albiazul para el PAN; unos municipios populosos y conurbados a la CdMx para el PRD, y el grueso de los municipios rurales para el PRI.
¿Crees muy descabellada la estrategia? Muchas otras ya han fracasado en su intento por contener el avance territorial de Morena. La jugada de Vargas, aparentemente suicida, podría darle más oxígeno al frente opositor de lo que parece a simple vista.
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